El abuelo del chico de 15 años muerto a tiros por una banda en Villaverde: «Pidió permiso para bajar con sus amigos y a la media hora lo mataron»
Amigos y familiares de William B. V., de 15 años recién cumplidos, montan un altar improvisado en el lugar del crimen: «A él lo que le gustaba era jugar al fútbol y al baloncesto, jamás se metió en problemas»
Matan a tiros a un menor de 15 años en Villaverde en una venganza de los DDP contra los Trinitarios
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa pequeña plaza del inicio de la calle Angosta, en Villaverde Alto, es hoy un velatorio improvisado. Dos decenas de chicos y chicas de la edad de William B. V., el niño de 15 años recién cumplidos (los hizo el 25 de noviembre) que ... anoche murió de dos tiros a manos, presuntamente de una banda latina, montan un altar con su foto y velas. También cuelgan flores de un árbol, mientras se abrazan entre llantos.
Mientras, en el hospital, se recupera Ailfreson, conocido como Chinfui, el amigo de 21 años con el que William estaba anoche, a las 23.15, en ese parquecillo interbloques, junto a unos columpios, y de donde salió, entre unos contenedores, el sicario que les tiroteó.
El sospechoso, encapuchado y según la Policía miembro de los Dominican Don't Play (DDP) , con mascarilla oscura y una pistola detonadora, corrió hacia la calle de Villastar, donde presuntamente tiró el arma bajo una furgoneta y se subió a un coche con al menos otras dos personas. Otros testigos afirman que le vieron correr hacia el Metro de Villaverde Alto, que está a 400 metros.
Matan a tiros a un menor de 15 años en Villaverde en una venganza de los DDP contra los Trinitarios
Carlos HidalgoLa delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, ha señalado que el chaval «estaba marcado y es evidente porque el asesinato es a bocajarro»
ABC ha estado con el abuelo materno del asesinado, Ramón, dominicano de 68 años, que aguanta el tipo como puede en el portal donde su nieto residía. Arriba, están los padres, destrozados: «Prefiero estar aquí abajo hablando con vosotros que en el piso», reconoce, justo antes de abrazarse a una amiga y romper en el llanto que estaba conteniendo.
Anoche, tras cenar, William vio a sus amigos en la plazoleta, justo debajo del balcón de su casa, reunidos. «Le pidieron que bajara un rato. Él había pasado todo el día acostado, me dijo: 'Bonsa, hoy son mis vacaciones», refiriéndose a que no pensaba salir. Él me llamaba Bonsa porque decía que 'abuelo' me hacía mayor. Y yo empecé a llamarle así también, cariñosamente».
«Pero luego le dijo a su madre que le dejara bajar con sus amiguitos. Ella, que es mi hija, le dijo que hacía mucho frío, a lo que el crío le contestó que sería solo un rato. A la media hora, lo mataron», nos explica Ramón.
En ese momento, el abuelo se encontraba con el padre de William en la misma calle, unos metros más allá, y acudieron rápidamente, cuando una niña amiga del fallecido les avisó de que le habían disparado. Se les puede ver en los vídeos grabados por los vecinos intentar salvarle, entre gritos de desesperación.
«William nació aquí, en España. Estudió en ese colegio», dice Ramón, señalando al CEIP San Carlos, justo en el extremo de la plazoleta. «Ahora hacía Bachillerato en el instituto que hay al lado. Quería ser alguien exitoso en la vida. Era muy tranquilo y cariñoso, no estaba en ninguna banda», añade.
Así lo confirma la madre de una de sus amigas, que recuerda lo vergonzoso que era, como cuando hace dos años, por San Valentín, William le compró un oso de peluche y las iniciales de ambos a la chica que le gustaba, pero que nunca llegó a entregárselos por timidez.
Sin embargo, la delegada del Gobierno, Mercedes González, acaba de confirmar con datos policiales que el finado sí que pertenecía a los Trinitarios, por lo que la hipótesis de una 'cacería' por parte de los DDP es la que cobra fuerza.
«Hijo, cuidado con las bandas»
El chiquillo vivía con su padre, dedicado a la construcción; su madre, ama de casa; y un hermano mayor, Franklin, que narra a este periódico cómo la progenitora le advertía del peligro de «las bandas que siempre están por la zona». Ellos niegan que perteneciera a ningún grupo.
«A él lo que le gustaba era jugar al fútbol y al baloncesto, jamás se metió en ningún problema», precisa su abuelo, mirando el móvil, a la espera de que la Policía les avise de que pueden ir al Instituto de Medicina Legal, donde se le está practicando la autopsia.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete