Detenidos de noche... libres de día
Una violenta banda de butroneros es capturada por la Policía y puesta en libertad por dos jueces en horas. El Gremio de Joyeros está indignado

El Gremio de Joyeros está que trina. La gota que ha ha colmado el vaso en esta ocasión es la puesta en libertad por parte de dos jueces de los integrantes de la experta y peligrosa banda de butroneros que recientemente desarticuló la Policía Nacional. Tanto es así, que han remitido una durísima carta a la delegada del Gobierno, Dolores Carrión, en la que le reprochan la «frustración, desánimo y desconfianza en la justicia» que sienten. Porque ni el largo listado de antecedentes de los autores materiales de los robos ni la cuantiosa valía del botín robado ( cercano a los 400.000 euros entre dinero en efectivo, oro y plata ) han conseguido mandar entre rejas a este sofisticado clan. Uno de los principales implicados, además, atentó contra la Policía en el momento de su detención y portaba una pistola y más de 30 cartuchos de bala. Están en la calle a la espera de juicio.
La operación «Granalla» supuso un gran esfuerzo policial. Tras más de cinco meses de investigaciones, los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de Madrid (UDEV) consiguieron desbaratar al grupo criminal. Los expertos policiales les definen como «una banda dedicada profesionalmente al robo en joyerías y administraciones de lotería», con amplia formación sobre el funcionamiento y desactivación de alarmas y sistemas de videovigilancia.
Efectivamente, así actuaban. Siempre de madrugada, dos de los seis detenidos, Mohamed E. K. y Óscar D. C., se colaban en el edificio anejo a la joyería y desde ahí practicaban un butrón. Una vez dentro del negocio, con lanzas térmicas y oxicortes, reventaban las cajas fuertes y seleccionaban lo que se llevaban : piezas de oro de 18 quilates y playa de ley. Luego, huían en un coche de gran cilindrada.
Mohamed tiene cinco reseñas policiales anteriores, por lesiones, robo con violencia e intimidación (atraco), atentado contra agente de la autoridad, resistencia y desobediencia, y otro butrón en la provincia de Málaga. Su compinche Óscar suma nada menos que 10 antecedentes, de los que los tres últimos son por robo con fuerza, delito contra la seguridad del tráfico y asociación ilícita.
Perfecta jerarquía criminal
Los botines de sus golpes los movían rápidamente. Contaban con la ayuda de Tamara F. R., la novia de Mohamed y que, a sus 27 años, protagonizó algunas fotos eróticas hace pocas semanas en una conocida revista española. Era la encargada de guardar la mercancía y las herramientas del clan. Las joyas, rápidamente, las ponían a disposición de un intermediario, Aquilino C. R., quien se encargaba de pasárselas a dos hermanos, que se habían encargado del negocio de la joyería en el pasado (José Luis y Eduardo A. H.), que las fundían.
Por todo ello, no extraña que la Policía les acusara de asociación criminal (lo que hasta hace poco se conocía como asociación ilícita). La banda, además, se reparte casi medio Código Penal: cuatro robos con fuerza (uno intentado), receptación, atentado contra la autoridad , delito contra la seguridad vial y tenencia ilícita de armas.
Sus últimos «palos» los dieron el fin de semana del 22 y 23 de octubre, en la joyería Guiomor, en Alcobendas, y Payber, en el paseo de Extremadura (Latina). Tal era su capacidad operativa, que ese mismo lunes ya estaba el intermediario intentando colocar el botín en una fundición.
Un botín, por cierto, de lo más suculento: nada menos que 10 kilos de oro y 35 de plata, que suman un valor de 341.000 euros, a los que habría que sumar los 40.000 en efectivo hallados en los tres registros efectuados.
Una vez conocida la noticia, el Gremio de Joyeros transmitió por carta su satisfacción a la delegada del Gobierno, a la vez que pedía que felicitara a la Policía Nacional por su brillante actuación.
Pero, pese a la gravedad de los hechos, los juzgados número 5 de Leganés y 52 de Madrid decretaron la libertad con cargos de la banda. Esto ha provocado una segunda carta a Dolores Carrión por parte del colectivo profesional de joyeros , y en unos términos diametralmente distintos a la anterior. En ella, su secretario general, Armando Rodríguez, expresa «la indignación de todo el colectivo como consecuencia de la puesta en libertad de todos los detenidos tras prestar declaración en los juzgados».
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