Análisis
Una administración eficiente
Esperanza Aguirre va a implantar técnicas y criterios del sector privado. O, lo que es lo mismo, pondrá en marcha medidas para prestigiar a los funcionarios de la Comunidad aplicando criterios empresariales, como la reducción de costes, el aumento de la eficiencia, los incentivos y ... las penalizaciones. Para ello, el PP en la Asamblea ha presentado tres enmiendas a la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas. No se trata de hacer trabajar más o menos a los funcionarios, donde hay de todo, sino de incrementar la productividad y todo ello dentro del llamado Estatuto Básico del Empleado Público. Pero como lo que no se evalúa, se devalúa, es necesario cuantificar qué significa eso. Pues bien, esas medidas permitirán ahorrar más de 80 millones e incrementar la productividad en más de diez millones de horas al año. Además, Aguirre se convierte en la primera gestora de la cosa pública que entra a saco a luchar contra el absentismo injustificado, problema antisocial que nos castiga a todos. En realidad, la presidenta está atacando el problema del abultado gasto público desde la óptica más compleja porque lo fácil sería recortar masa salarial y punto. Sin embargo, la Comunidad quiere demostrar que es posible tener una administración pública bien dimensionada, austera y efectiva. Dentro de este proceso global de reinventarnos la sociedad, como reitera el presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, las administraciones públicas tienen un papel importante que debería plasmarse en una nueva Ley de Función Pública. Tenemos que replantearnos qué servicios se ofrecen y quién lo hace; acuerdos con el sector privado para la prestación de servicios públicos; aplicación de las nuevas tecnologías; premiar el desempeño y alinear la remuneración con la valoración de los resultados, para que empresas y ciudadanos pasen a ser considerados por las administraciones como clientes.
FRANCISCO ARANDA MANZANO ES VICEPRESIDENTE DE FENAC Y PRESIDENTE DE LABORAL DE CEIM
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