Y ahora... el tercer «túnel de la risa»
EFE Vista de la tuneladora «Gran Vía», ayer, en el pozo de ataque de Chamartín; al fondo, las cuatro torres
MARÍA ISABEL SERRANO
MADRID. Procede de Alemania. Pesa 2.200 toneladas, mide 125,6 metros y tiene un diámetro interior de 10,4 metros. Pero su nombre no puede ser más castizo: «Gran Vía». Hablamos de la tuneladora que ayer se puso en marcha para ... perforar el tercer «túnel de la risa», esta vez para el AVE Chamartín-Atocha.
«Iniciamos la gran vía ferroviaria del siglo XXI», dijo el ministro de Fomento, José Blanco, justo después de dar la orden de «ya» en el pozo de ataque de la tuneladora, situado en la estación de Chamartín. Estaba acompañado por el consejero de Transportes, Ignacio Echeverría, y la delegada de Obras del Ayuntamiento, Paz González.
La nueva infraestructura está considerada como «pieza clave» para el desarrollo de la alta velocidad ferroviaria porque servirá de interconexión entre todos los AVE que discurran por España, tanto de norte a sur como de este a oeste. Costará 206 millones de euros y se completará en año y medio.
Será, por tanto, el tercer «túnel de la risa» que atreviese la ciudad, de norte a sur: Mateo Inurria, Francisco Suárez, República Argentina, Serrano y Alfonso XII hasta llegar a Atocha. Y todo esto, a una media de 45 metros de profundidad.
El calificativo de «túnel de la risa» viene del primero, de 7 kilómetros de longitud, que se proyectó en 1934 por Indalecio Prieto. En esa época, se estilaba una atracción de feria, el «tubo de la risa», en el que el público se metía cuando estaba en movimiento y raro era quien no se caía arrancando así, las carcajadas del resto de los intrépidos que se apuntaban a la atracción. La guasa vino porque ese primer túnel no llegó a inaugurarse hasta 1967.
El segundo «túnel de la risa» se proyectó en paralelo al primero para descongestionar la masificación de la línea 1 de Metro y para dar servicio a la red de Cercanías. Tiene 7,5 kilómetros y se inauguró en julio de 2008 tras años de retraso. El que ayer arrancó, el tercero, tendrá una longitud de 7,3 kilómetros de los que 6,8 estarán soterrados. Discurrirá por debajo de ocho líneas de Metro y de los dos túneles de ancho convencional ya existentes entre Chamartín y Atocha (por Recoletos y Sol). Sólo pasará por encima de una línea de Metro, la 9, en la calle Mateo Inurria.
Según Fomento, ya se han inspeccionado todos los edificios próximos a la excavación. Entre ellos, la Puerta de Alcalá, el Casón del Buen Retiro o el Museo Arqueológico.También ha finalizado el reconocimiento de las fachadas de 433 edificios y se procederá, continuamente, a las condiciones del terreno a excavar. Esto se hará mediante un sistema de auscultación que medirá el comportamiento del terreno durante las obras.
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