El Wanda Metropolitano, banco de pruebas para la vuelta de eventos masivos en 2022

Con el Santiago Bernabéu en fuera de juego por sus obras de remodelación, el coliseo rojiblanco es la única instalación que a día de hoy puede sumar una ocupación superior a las 20.000 personas, sin aglomeraciones en los accesos y siempre guardando la distancia social de seguridad. Ello ocurrirá previsiblemente el próximo viernes, cuando la selección española dispute su amistoso contra Portugal, arropada por un máximo del 30 por ciento del aforo total (68.456 espectadores). El objetivo, si todo marcha según lo previsto, es recuperar los acontecimientos multitudinarios de cara al verano de 2022, donde, además de la icónica banda de rock Aerosmith, ya se han cerrado ocho conciertos más. Pese a que los nombres en liza no pueden ser desvelados, los promotores estiman una asistencia de más de 50.000 personas en cada uno de ellos.

Para entender la magnitud del proyecto, basta con entender la importancia del Wanda Metropolitano hasta la llegada de la crisis sanitaria. A nivel deportivo, lideraba la afluencia por encima de otros grandes estadios, como el propio Bernabéu o el Camp Nou, con un porcentaje de media cercano al 90 por ciento. Así lo explican desde el club, satisfechos por la cifra de público, «una de las más altas de Europa», aunque aún alejada de la que suman los grandes campos alemanes. A ello se añadían unos 300 eventos anuales organizados por empresas, conciertos multitudinarios y diversas campañas publicitarias.

Un conglomerado de acciones truncadas allá por el mes de marzo del año pasado. Desde entonces, al igual que otros tantos espacios, las puertas del público se han mantenido cerradas, a la espera de una mejora de la situación que día a día parece consolidarse. «En los tres primeros años de vida [el recinto se estrenó en septiembre de 2017], conseguimos organizar algunos de los eventos deportivos más importante del mundo, entre ellos, la final de la Champions League de 2019, demostrando que el poder de la marca Wanda Metropolitano y la fiabilidad de la organización para cumplir con las expectativas generadas», explica a ABC el director de Explotación y Operaciones del Atlético de Madrid, Fernando Fariza.

Con el objetivo de no perder comba, el club de fútbol aprovechó el obligado paréntesis para acelerar varios proyectos que hubieran sido ejecutados en una segunda fase. Así, se avanzó en la puesta en marcha de un museo interactivo de 1.500 metros cuadrados, estrenado en agosto de 2020; en la apertura de un segundo restaurante, a pie de estadio; y en la instalación de dos extensas terrazas, entre la galería comercial y el jardín levantado por el Ayuntamiento. «Esta calle se ha convertido en un lugar muy agradable para los aficionados del Atlético y el resto de vecinos del distrito de San Blas-Canillejas, que ahora ven la zona llena de vida», añade Fariza, convencido de que el retorno progresivo del turismo dotará, más si cabe, de fuerza al enclave.

A ello se añade la construcción de un vallado perimetral fijo que separe la superficie destinada al aparcamiento del anillo exterior más próximo al campo. De esta forma, se posibilita un primer filtro de control, en el que se puede tomar la temperatura de los concurrentes sin el riesgo de posibles aglomeraciones. «Ya en las finales de la Copa del Rey y la Champions, que son partidos declarados de alto riesgo, tuvimos que alquilar la instalación de las vallas», incide el director de explotaciones, al ser un elemento de control exigido por la Policía Nacional.

Desde el club, no obstante, también buscaron la fórmula para devolver a su ciudad una pequeña parte de todo lo que esta le ha dado. Por ello, pusieron el estadio a disposición de la Consejería de Sanidad para implementar un gran centro de vacunación. «Les encantó la idea y el Wanda Metropolitano se convirtió en febrero en el primer recinto no sanitario donde se administraban las dosis», resume Fariza. Tal es el ritmo de afluencia, que hay días en que se han superado las 10.000 inyecciones, si bien de media se administran por jornada algo más de la mitad.

Las particularidades del nuevo hogar colchonero lo convierten en un espacio idóneo para toda clase de acontecimientos. Y más aún en las actuales circunstancias, marcadas por la necesidad de superficies abiertas, bien comunicadas y con amplias extensiones de terreno en sus inmediaciones. La estación de Metro de Estadio Metropolitano (línea 7), además, es la más grande de toda la red, lo que permite una rápida entrada y salida del público que opte por esta vía de transporte. Dentro del Wanda, las puertas, muy anchas y sobredimensionadas, facilitan el flujo y la flexibilidad de acceso, dado que gran parte de las mismas están conectadas por sectores.

La relajación de las restricciones abrirá el coloso al ocio, con una serie de conciertos en formato reducido, en el marco del festival Río Babel. A diferencia de las grandes actuaciones anteriores, el escenario esta vez se colocará en la portería sur, de modo que los congregados no invadirán el césped y estarán ubicados en la grada baja y media del citado fondo.

Pero eso no es todo. También se recuperarán los actos corporativos, tanto en las salas VIP como en el auditorio, una estancia diáfana elegida este año por el club para las ruedas de prensa de Diego Pablo Simeone. Las peticiones de alquiler, en este ámbito, ya han arrancado; otra muesca más de un termómetro al que la ciudad de Madrid mirará este curso con lupa.