IGLESIAS DE MADRID
Virgen de la Providencia y san Cayetano, un barrio que se reconoce en su parroquia
La Orden de los Padres Teatinos, al frente de este templo, surgió con la vocación de vivir fielmente el Evangelio
José Francisco Serrano Oceja
Triplete de equipo parroquial y de miembros de la Comunidad de los Padres Teatinos que atienden esta parroquia de Virgen de la Providencia y san Cayetano (Ferrer del Río, 18) para conversar sobre la historia y la vida de la comunidad. El párroco, ... el padre Pedro Sánchez Blanco, hombre cercano y amable, tiene como vicarios parroquiales, nada más y nada menos, que al provincial de España de su orden, el padre Ismael Correa Marín, y al joven padre Francisco Javier Díaz Moreno. En la comunidad de religiosos también se encuentran el que fue prepósito general de los teatinos, el padre Valentín Arteaga, notable autor de poesía sacra, por cierto, y el padre Antonio Domene. Se podría decir a que los teatinos, les precede, y les pesa, su impresionante historia .
¿Qué significa teatino en la Iglesia? Sacerdotes con un nuevo estilo. No olvidemos que san Cayetano de Thiene , una de las grandes figuras de la Iglesia, escribía en su tiempo que «la Iglesia, en sí misma santa, está prostituida por sus ministros» .
Como dato general nos encontramos con una de las primeras avanzadillas de la Iglesia en la época de la denominada Contrarreforma. La Orden de los Clérigos Regulares Teatinos fue fundada por san Cayetano, Juan Pedro Carafa (después, Papa Paulo IV), Bonifacio de Colle y Pablo Consiglieri, el 14 de septiembre de 1524. Su finalidad era ser clérigos que viven fielmente el Evangelio , ceñidos a los Sagrados Cánones y haciendo vida fraterna en común bajo los tres votos religiosos. Clemente VII dio la aprobación canónica oportuna a la Orden con los Breves Pontificios ‘Exponi Nobis’, del 24 de junio de 1524, y ‘Dudum pro parte vestra’, del 7 de marzo de 1533.
En Madrid hay también una preciosa historia de la presencia de los teatinos. Como se explica en el folleto de esta clásica parroquia del barrio de La Guindalera, uno de los primeros cronistas de Madrid escribía: «Veo a san Cayetano como un santo madrileño , muy nuestro. San Cayetano era para el madrileño el santo del milagro cotidiano». El artífice de esta devoción fue el padre Plácido Mirto, que en 1644 introduce el culto al santo en nuestra ciudad , en una ermita en la calle de Embajadores, fundada por don Diego de Vera.
El actual templo de san Cayetano de Embajadores, con toda la magnificencia de Churriguera y de Ribera, se construyó para la labor apostólica de estos Padres. Llegará después la expulsión de religiosos de Fernando VII, la guerra civil… Los teatinos padre Jaime Barceló y hermano Miguel regresan a Madrid en el año 1939. Abren una pequeña capilla en la calle Ardemans, de la Guindalera. Luego se construirá el actual amplio, espacioso y luminoso templo, inaugurado el 15 de noviembre de 1970 , siendo arzobispo don Casimiro Morcillo, obra del arquitecto Juan de Haro y Piñar.
Cripta funcional
El templo, que tiene una cripta funcional, con unas espléndidas vidrieras y una lucera que recuerda el lema de los teatinos, alberga una preciosa imagen de la Virgen de la Providencia, advocación de la Congregación .
Como señala el padre Pedro, este barrio está muy identificado con su parroquia. «Un barrio en el que se fueron asentando , en la segunda mitad del siglo pasado, las personas que venían de Aragón».
En la actualidad, la parroquia se enfrenta al problema del envejecimiento de sus fieles. Además, aquí se produce un curioso fenómeno: la zona ha pasado a ser calificada como del barrio Salamanca , con lo que se han disparado los precios de la vivienda, lo que impide un rápido cambio generacional. De todos modos, los religiosos están contentos y animados porque después de la pandemia están encontrándose en las misas a matrimonios jóvenes con niños. Y esto da una nueva vida a la parroquia.
La Cáritas de la parroquia ha sido una Cáritas de referencia en la Vicaría. En la actualidad hay un grupo de voluntarios para la acogida. Cuenta con un aula de apoyo escolar y una escuela de abuelas los lunes por la mañana. El padre Francisco Javier es el capellán del hospital Centro de Rehabilitación , que depende del Gregorio Marañón. Allí estuvo prestando sus servicios religiosos durante la pandemia.
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