El hombre que defendió a las mendigas contra los hinchas del PSV

Un día después, este profesor de Filosofía jubilado del barrio de Ciudad Los Ángeles (Villaverde, Madrid), habla con ABC, con la condición de no salir del anonimato: «Para mí son más importantes los hechos que las palabras, como todas las personas anónimas que aportaron su grano de arena a la humanidad».

«Crucé por la Plaza Mayor y oí una gran escandalera. Pensé que era gente que se estaba divirtiendo, aficionados al fútbol sin más. No sabía ni de qué equipo eran, me enteré más tarde», recuerda sobre los seguidores del club de fútbol holandés, eliminado el martes por el Atlético de Madrid de la Liga de Campeones . Y se percató de qué estaban haciendo: « Las estaban degradando, las deshumanizaban, las estaban tratando como animales ».

Los hinchas del PSV habían estado quemando billetes delante de las pordioseras, arrojando cerveza en los vasos con los que pedían limosna, obligándolas a hacer flexiones a cambio de la voluntad. Cuando llegó el profesor, estaban sentados en una de las terrazas de la Plaza Mayor, gritando olé cada vez que les arrojaban una moneda, mofándose cada vez que se lanzaban al suelo a recogerla. Él les espetó: «¡Eso no se hace! ¡Eso no se hace!», mientras decía no sacudiendo el dedo índice. Les entregó una moneda a cada una en la mano. Y, antes de marcharse, insultó a voz en grito a las decenas de hinchas que se burlaban y jaleaban de las pobres.

El profesor retirado se quita importancia por dar una involuntaria lección de humanidad grabada en un vídeo difundido en todas las cadenas, también internacionales, y con cientos de miles de reproducciones en internet. «Fue algo que surge de uno, que todos tienen que hacer. Por eso no quiero darme publicidad, porque no quiero que se piense: “Lo hace porque enseña Ética”. No, lo hice porque hay cosas que todo ser humano tiene que hacer ».

El antiguo profesor, ya jubilado, enseñó Filosofía en el colegio Nuestra Señora de Los Ángeles (Villaverde, Madrid), el centro donde estudió Diego, el niño de 11 años que se quitó la vida en octubre del año pasado. El juzgado de Instrucción número 1 de Leganés archivó el caso por segunda vez a finales de febrero, después de reabrirlo tras la publicación de la carta de suicidio, al no encontrar indicios de acoso escolar. Dolido con las acusaciones desde algunos medios contra el colegio, el profesorado y el alumnado, no quiere más notoriedad que la justa para apoyar al centro donde fue maestro de cientos de estudiantes durante décadas.