Viaje al interior de las obras de Plaza España: Un túnel minero para salvar los restos del palacio de Godoy

Mientras que la mayoría del pasadizo se lleva a cabo a cielo abierto, el tramo de 50 metros en el que la infraestructura subterránea coincide con los vestigios arqueológicos se ejecuta en mina por el denominado ‘sistema belga’, conocido así porque se aplicó por primera vez para construir parte del túnel de Charleroi en el canal que enlaza con Bruselas en 1828.

Para salvaguardar el proyecto de reforma de la plaza de España e integrar al mismo tiempo las ruinas centenarias en él , en esa parte del túnel primero fue necesario tejer un «paraguas de micropilotes horizontales que permitiera la excavación del subterráneo bajo las ruinas sin alterarlas y garantizara su estabilidad antes de comenzar la excavación bajo ellas», explicaron a ABC desde el Área de Obras y Equipamientos.

Este método, según indican expertos de la concejalía que dirige la edil popular Paloma García Romero, implica realizar de forma manual pequeñas excavaciones sucesivas en el techo que son apuntaladas para garantizar así la estabilidad del conjunto. Después se lleva a cabo la llamada ‘destroza’, que es la perforación del subterráneo desde la bóveda hasta el suelo, para poder ejecutar los laterales. Y, por último, se hormigona toda la oquedad creada. A pesar de los obstáculos inesperados como los hallazgos arqueológicos, la pandemia o la borrasca Filomena, la reforma «avanza a buen ritmo», según garantizan fuentes municipales, que aseguran que «concluirá antes de que acabe el año».

Uno de los principales objetivos del proyecto de la plaza de España es crear un eje verde que permita unir este enclave con la Plaza de Oriente, los Jardines de Sabatini, el Templo de Debod y el parque del Oeste e incluso con Madrid Río. Para conseguirlo, el proyecto planteó la peatonalización del paso elevado de Bailén y la instalación de un ascensor que salve el desnivel entre el nuevo espacio público y el Campo del Moro. El tráfico, por su parte, circulará por la prolongación del túnel construido en los años 90 hasta la calle de Ferraz.

Fue, precisamente, al intervenir en este punto cuando los operarios se toparon con unos muros del siglo XVIII que obligaron a cambiar el paso. En concreto, se halló la planta baja y un sótano del palacio de los Secretarios de Estado, también conocido como palacio del Marqués de Grimaldi o de Godoy por sus ilustres moradores. Los muros encontrados corresponden con la planta del edifico original que fue demolida en parte en 1932 para erigir una nueva fachada y cerrar el área del complejo que se ha conservado hasta la actualidad. Desde 1975, lo que quedó del palacio alberga la sede del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Los restos que ahora se musealizarán ‘in situ’ constituyen las partes del complejo que no se llegaron a demoler por quedar bajo la rasante de la ampliación de la calle de Bailén.

Estos hallazgos han sido medidos y cartografiados con el máximo nivel de precisión y se han representado, a la misma escala, con la planta y los perfiles del proyecto que se estaba ejecutando. «Al superponer los restos arqueológicos encontrados con el proyecto original se comprobó que para le ejecución de la nueva infraestructura, tal cual estaba proyectada, se vería comprometida la conservación de la planta y el sótano del palacio de Godoy, ya que coincide con el tramo del túnel que contiene la calzada que discurre de la calle Mayor hacia Ferraz», indican desde el Área de Obras.

En coordinación con la dirección general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento solicitó cada permiso de excavación. Al frente de la operación se puso un equipo de arqueólogos y más de 20 operarios para proceder a una cuidadosa intervención, limpieza e interpretación de los restos encontrados.

Mientras los ‘operarios mineros’ concluyen el subterráneo, los trabajos continúan en el exterior, en la zona más cercana al Edificio España, donde se planteó crear una «gran plaza cívica» que actuará como extensión de la vida social de la Gran Vía. Se trata de un amplio espacio central despejado de árboles y mobiliario urbano en el que se podrán celebrar grandes eventos y cuya base ya se vislumbra pavimentada desde la azotea del rascacielos que alberga el hotel RIU.

«En estos momentos, se está llevando a cabo la pavimentación y jardinería de todo el ámbito, salvo Princesa y Ventura Rodríguez, que -como informó ABC- ya están acabadas», informan desde la concejalía responsable. Además de la plaza central, la acera norte ya está terminada y ahora se está pavimentando la parte peatonal de la zona sur. En cuanto a los túneles, además de los trabajos bajo los restos del palacio de Godoy, ahora se trabaja en las rampas e instalaciones.

En otoño -para evitar el calor asfixiante del verano en la capital- será cuando se plantarán los 1.344 árboles de especies autóctonas que teñirán de verde la plaza de España. Cuando la fuente del Nacimiento de Agua salga del almacén de monumentos para volver a la plaza cambiará su posición anterior, frente al Edificio España, por el sur, cerca del Templo de Debod. La segunda fuente, que se sitúa ahora de cara al monumento de Cervantes, se remodelará para mejorar su funcionamiento e iluminación. A ellas se unirá una nueva, la Fuente del Cielo, hecha en mármol, que se ubicará entre la plaza de España y los Jardines de Sabatini. Este será el último paso para ver la nueva cara de una de las zonas más transitadas e icónicas de Madrid.