El «Vengador de Vallecas» ataca de nuevo

Los hechos que ahora se les imputan ocurrieron el 31 de julio pasado, cuando el clan perpetró de madrugada un butrón hasta la sede de Bankia del número 33 de la calle del Doctor Esquerdo . Cuando a las 8 de la mañana empezaron a llegar los empleados, los delincuentes los amenazaron con armas de fuego, los maniataron y encerraron en una habitación. Auno de los cuatro trabajadores le hicieron una brecha en la cabeza. La banda del «Vengador de Vallecas» consiguió desbloquear los retardos de los dispensadores y la caja fuerte, y así huyó por las cloacas con 50.000 euros .

El Grupo XII de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, experto en atracos a bancos, puso en marcha la operación Rayo 2. El nombre hacía referencia a una investigación de 2013 contra miembros de este grupo que seguían un «modus operandi» similar, aunque vestían en sus «palos» camisetas del Rayo Vallecano , como informó entonces ABC.

Se repiten algunos de estos encartados en la última operación. El propio Otero Sanz, único español del grupo ahora desarticulado, tiene 16 antecedentes policiales, por robos con fuerza, con violencia o intimidación, tenencia ilícita de armas, tráfico de drogas y el intento de homicidio, en 1986, de uno de los tres jóvenes a los que su hija Sara, de 13 años entonces, acusó de haberla violado . Otro que repite es Omar Orozco , colombiano como el resto, y con cinco antecedentes por robo con violencia, asociación ilícita, tenencia de armas, delito contra la salud pública y tráfico de drogas, Éste, junto a L. L. R. , de 53 años y reseñas previas por agresión sexual y malos tratos, tenían órdenes de detención, personación e ingreso en prisión, por quebrantamiento de condena. Estaban cumpliendo cárcel y se escapararon aprovechando sus permisos.

La única mujer del clan responde a las iniciales S. C. C. , tiene 46 años y carece de historial policial previo. El quinto presunto implicado es J. V. E. , de 27 años, con una reseña por robo con violencia.

El «Vengador de Vallecas» se conocía al dedillo el alcantarillado porque, en su juventud, había trabajado como pocero . En 2013, cuando se le apresó por última vez, colaboraba con Carlos Iglesias Martín , un joven pescadero e hijo de otro atracador, Jesús Iglesias, fallecido en 2008, quien le instruyó en este curioso «modus operandi». Su padre y maestro le daba «paseos» por el alcantarillado de la ciudad y le proporcionaba las coordenadas de la ubicación de los bancos. Solían robar los lunes. Así tenían todo el fin de semana para bajar a las cloacas, localizar el punto exacto donde picar y hacer el butrón.