Vacaciones en la sierra de Madrid: las reservas en alojamientos rurales se disparan tras el confinamiento
La Sierra de Guadarrama y la del Rincón se han convertido en un foco de interés turístico de interior con un auge de la demanda incluso entre semana
Adrián Delgado
Puede que la llamada «nueva normalidad» nacida de la devastadora pandemia del coronavirus (Covid-19) pase por aprender a disfrutar de todo lo despreciado antes por estar tan al alcance de la mano. La Sierra de Guadarrama , junto a otros parajes ... singulares de la región, vive estos días un particular renacimiento a ojos de los propios madrileños. Seducidos por el aire libre y, en parte, obligados por las restricciones de movilidad que aún fija el estado de alarma se han lanzado de forma masiva a ser profetas en su propia tierra. Un hecho que, junto con la incertidumbre de no saber si un rebrote del virus podría aguar las vacaciones estivales, ha derivado en un interés creciente por hacerse con un alojamiento rural para desconectar unos días en plena naturaleza.
Municipios como Cercedilla viven ahora, incluso entre semana, un ajetreo inusual para esta época del año. Visitantes de la capital o de alguno de los municipios de su área metropolitana que, animados por la posibilidad de teletrabajar, prefieren pasar unos días fuera de la capital. El éxodo, acentuado los fines de semana por quienes tienen segundas residencias, ha dejado algunas estampas curiosas en sus calles. «Este último fin de semana no porque hizo mal tiempo, pero el anterior se agotaron en las carnicerías los productos para hacer barbacoas», explica a ABC, Mariano Tapia , desde una de las inmobiliarias de este pueblo serrano. En ella están recibiendo numerosas llamadas de foráneos para preguntar si hay casas o chalés disponibles para ser alquilados durante los meses de verano. «Ahora mismo no hay oferta para cubrir la demanda que existe», explica.
Se da la paradoja de que la oferta de viviendas vacacionales libres para los siguientes meses ha bajado de forma drástica. «La explicación está en que muchos de los que tenían casas en la sierra y que no las usaban, o que incluso las tenían en venta después de haberlas heredado, las están volviendo a ocupar», explica. «Un particular que tenía en venta un chalé con cuatro dormitorios y con piscina comunitaria sí lo está alquilando ahora, pero por 3.000 euros al mes», pone como ejemplo de una tendencia al alza. Quienes lo reservan son familias completas que buscan una alternativa vacacional para toda la temporada.
Propietario también de una de las casas rurales del municipio, la conocida como Mansión Longinos , ha vivido también el furor por reservar este tipo de alojamiento. «Por las dimensiones de su jardín suele alquilarse para celebraciones durante los meses de verano. Tras la cancelación masiva de todas las bodas que habían contratado antes de la pandemia, ahora ya solo queda libre una semana en agosto. Las semanas de junio, julio y septiembre están reservadas al completo», destaca Mariano Tapia.
Las casas, hoteles y apartamentos rurales viven de forma paralela ese «boom» desde que se permitió realizar viajes dentro de los límites de la región. En la Sierra del Rincón han vivido estas semanas una situación «más parecida al mes de agosto». «Desde que se decretó el fin de confinamiento no hemos tenido ni un día solo sin recibir llamadas para reservar. En este momento tenemos ya el doble de reservas que justo hace un año por estas fechas con una ocupación cercana al 90%», explica Gustavo Nash , presidente de la asociación que aglutina a las empresas turísticas de la Sierra del Rincón y propietario de El Bulín, que gestiona más de 30 casas rurales en los municipios de la zona.
«La gente está buscando un alquiler alternativo cerca de la capital por si tuvieran que volverse en caso de que las circunstancias sanitarias obligaran a un nuevo confinamiento», explica desde una de sus viviendas en Piñuecar. «Hay mucha demanda pero también mucho miedo e incertidumbre. Por eso introducir una cláusula de flexibilidad en la política de cancelaciones en caso de un nuevo escenario de restricciones ha sido fundamental para generar seguridad y confianza en la gente. Nosotros la incluimos el 28 de abril, antes incluso de que se decretara el estado de alarma», dice.
La tendencia es tan clara que, a pesar de las pérdidas acarreadas por la fallida Semana Santa y los puentes de mayo, Nash cree que es «muy probable» que puedan salvar la temporada «con creces». «La gente reserva incluso varios días entre semana, aunque tenga que teletrabajar. Una de las cosas que ahora te preguntan primero es si las casas tienen fibra», cuenta como anécdota. «Una de las casas está habitada desde un día antes de que decretaran el estado de alarma por un matrimonio que decidió quedarse aquí con sus hijos. Ni siquiera preguntaron cuánto les iba a costar», añade.
Actividades al aire libre
Las experiencias en la naturaleza y las actividades al aire libre también participan de ese interés creciente como una parte importante del turismo de proximidad. «Existe demanda pero aún no está yendo de la mano de las reservas en los alojamientos rurales. La oferta está embalsada a la espera de que se resuelvan las dudas lógicas que a los clientes se les pasan por la cabeza en este contexto», asegura Chus Blázquez, presidente de la Asociación de Empresas de Turismo Activo de Madrid . En la misma línea, Enrique Tendero, responsable de la Central de Reservas de Guadarrama , explica que están en cifras similares de reservas de este tipo de actividades –desde senderismo a rutas en bicicleta o salidas micológicas– que el año pasado, con la diferencia de que ahora también se producen entre semana. «No va mal, pero podría ir mucho mejor», concluye.
Preocupación por el impacto en la naturaleza
La consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz , remitió el pasado día 2 una carta al delegado de Gobierno, José Manuel Franco , para manifestar su preocupación por los estragos que puedan derivarse de un aluvión descontrolado de visitas a los espacios naturales. En la misiva, que coincidió con la entrada de la región en la fase 1 de la desescalada, solicitó que se tomaran medidas para reforzar la vigilancia en las zonas turísticas y parajes. La consejera cree necesario que exista un control exhaustivo en estas zonas con el fin de evitar «aglomeraciones indeseadas y peligrosas» o «situaciones de manifiesta falta de respeto a la naturaleza». Los expertos consultados por ABC coinciden la importancia de vigilar que no se produzcan visitas desordenadas a enclaves de alto valor ecológico como el Parque Nacional de Guadarrama . «Estamos a las puertas de la temporada de incendios y se prevé de alto riesgo por lo marcadas que han sido sus estaciones», alertan.
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