Último tren de Almeida para pactar los presupuestos con los carmenistas
El alcalde se juega hoy el primer paso para aprobar contrarreloj las cuentas, en manos de Recupera Madrid
En 2019 y 2020, el diseño del escenario presupuestario también fue tortuoso y se resolvió en la recta final del año

A falta de cuatro días para despedir 2021, José Luis Martínez-Almeida está solo. En su casa, confinado por ser positivo el pasado martes, y en Cibeles. Sus presupuestos para 2022 siguen en el aire, dos semanas después de que Vox, su socio ... preferente, le diera la espalda, y tras las últimas reuniones con Recupera Madrid que aún no han dado sus frutos. Hoy, si no hay cambios de última hora (la norma de las pasadas jornadas), el alcalde se juega el primer paso para aprobar las cuentas madrileñas en un ‘sprint’ final antes de que acabe el año.
El borrador de los presupuestos se someterá a juicio esta tarde en la Comisión de Hacienda extraordinaria, pospuesta ya dos veces en un intento del equipo de Gobierno por ganar tiempo. Tiempo para negociar con los carmenistas, los cuatro concejales que rompieron en marzo con el Más Madrid de Rita Maestre; los mismos que hace solo unos meses salvaron con sus votos la nueva ordenanza de Movilidad de Martínez-Almeida, ya que Vox se negó a apoyar el rebautizado Madrid Central, la medida estrella de Manuela Carmena, la anterior regidora. Pero el camino de estas conversaciones ha sido tortuoso.
Jueves, 16 de diciembre. Vox queda fuera del tablero. Después de un mes de tira y afloja, Javier Ortega Smith se sentó durante poco más de una hora con el alcalde y voló cualquier posibilidad de acuerdo. «Están dispuestos a sacar estos presupuestos adelante con la izquierda», criticó el portavoz de la formación en la capital, «es una traición a los madrileños». Martínez-Almeida habló de «paripé»: «No quieren trabajar, no van a presentar enmiendas parciales». Cuando Vox anunció su enmienda a la totalidad del texto, el Gobierno bicéfalo de PP y Cs volvió a mirar a los carmenistas.
El IBI, punto de discordia
Lunes, 20 de diciembre. Tres días y tres reuniones con Recupera Madrid. Por la mañana, Martínez-Almeida reconoce que las modificaciones propuestas por el grupo mixto son «aceptables» y, las que menos, «negociables». Pero por la tarde la relación se rompe. El regidor afirma que han cruzado una «línea roja insalvable», la subida del IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles). Los carmenistas habían planteado un gravamen progresivo, reducido para los inmuebles de menos de 300.000 euros y más alto para los grandes propietarios de la ciudad, que afectaría a los ‘superedificios’ como el estadio Santiago Bernabéu o El Corte Inglés del paseo de la Castellana.
Martes, 21. Los ediles díscolos reculan, renuncian a incrementar la presión fiscal a los grandes tenedores y lanzan una última oferta: bonificar a los inmuebles de menos de 200.000 euros. El Gobierno decide retrasar 48 horas la Comisión de Hacienda recién convocada para estudiar las nuevas condiciones, que incluyen la retirada de subvenciones a los colectivos que acosan a las mujeres para condicionar su decisión de abortar y recuperar las ayudas a las asociaciones LGTBI.
Jueves, 23. La sesión preliminar al pleno se pospone de nuevo. Los encuentros entre el equipo de Martínez-Almeida y Recupera Madrid continúan. «Siguen trabajando los contenidos, porque es un tema complejo», informaban desde el grupo mixto, quienes descartan ahora las prisas y prefieren prorrogar las cuentas al próximo año para disponer de varias semanas en las que ultimar los detalles. Con todo, si hoy hay acuerdo, Cibeles podría acoger un pleno extraordinario antes de las uvas y arrancar 2022 con presupuestos y ordenanzas fiscales.
Bandazos de última hora
El diseño de las terceras cuentas de la era Martínez-Almeida está siendo una montaña rusa. Como en los dos años precedentes. En 2020, los presupuestos escenificaron la reconciliación entre PP y Vox, el día anterior a la cena de Nochebuena, después de que el grupo de Ortega Smith instalara el malestar nacional, ante la moción fallida de Vox a Pedro Sánchez, en Cibeles. Hasta el último momento (literalmente) no hubo pacto, y unos minutos antes de que empezara el pleno municipal Martínez-Almeida y Ortega Smith se estrecharon la mano.
En 2019, PP y Cs no consiguieron el visto bueno de Vox y, también 24 horas antes de Nochebuena, un error histórico de la izquierda permitió que salieran adelante los primeros presupuestos del bipartito capitalino. Eran los tiempos de Íñigo Errejón regresando al Congreso de los Diputados, quien fichó a la exdelegada de Medio Ambiente y Movilidad de Carmena, Inés Sabanés. La edil renunció a su acta una semana antes de la aprobación de las cuentas y nadie calculó que no podrían reemplazarla a tiempo para sumar más votos que el equipo de gobierno.
Fallos aparte, los bandazos se repiten tras la fachada iluminada del Palacio de Cibeles. En esta ocasión, están sobre la mesa 257 millones de euros de los fondos europeos, subvenciones y contratos nominativos a colectivos vulnerables y la prometida rebaja fiscal de 60 millones. Planes de ingresos y gastos que, de prorrogarse los presupuestos de 2021, se ralentizarían. Faltan cuatro días.
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