Pues bien, ese mismo sábado, en los calabozos de la comisaría de Centro, solicitó el hábeas corpus, pues consideraba que «no debía estar allí arrestado».
La actitud que mantuvo, indican fuentes jurídicas a ABC, durante todo el proceso posterior a ponerle los grilletes fue «desafiante». E, incluso, en algunos momentos ciertamente «insolente» , muy en la línea en la que se ha venido moviendo desde que saltó a la palestra criminal hace años.
Así que fue trasladado a los juzgados de Plaza de Castilla. El número 3 es el que se encontraba de guardia de diligencias y, ante la instructora, insistió en que debía estar en libertad. Sin embargo, la magistrada consultó la base de datos y en apenas unos minutos comprobó que sobre Arias Fernández pendían nueve buscas y capturas de distintos juzgados españoles, pero además un ingreso en prisión por una condena de dos años de cárcel en Ponferrada (León), su localidad natal, tras haber estafado a su propia compañera de piso, a la que 'levantó' 7.000 euros en compras con su tarjeta bancaria, que estaba a nombre del padre.
La juez considera que debe seguir arrestado y Lupin pasó la noche en los calabozos de Plaza de Castilla. Ya el domingo, el juez de guardia de diligencias, el número 50, decidió mandarle directamente a prisión, como adelantó ayer ABC.
Fuentes jurídicas señalan la actitud tan 'sobrada' del estafador, que no extraña en medios policiales, pues es con la que se ha venido mostrando desde que se le puso en el punto de mira por estafar, presuntamente, a más de 10.000 personas millones de euros.
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