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El turrón de Alicante más famoso de Madrid

Casa Mira confecciona algunos de los mejores turrones de España. Esta fábrica de mediados del siglo XIX sigue siendo una referencia por su elaboración artesanal y el uso de las mejores materias primas

Diferentes especialidades realizadas en Casa Mira BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

Llevan casi 175 años utilizando la misma receta para elaborar uno de los turrones de Jijona y de Alicante más famosos de toda España. Los ingredientes, los habituales para la elaboración de este dulce: almendra Marcona, miel de romero, agua, azúcar, clara de huevo y canela. En las cantidades utilizadas y la propia elaboración es donde está el secreto de esta famosa y emblemática fábrica de mediados del siglo XIX. Don Luis Mira dejó su pueblo, Jijona (Alicante), con 20 años para vender turrón en Madrid. «Cuentan que salió con un carrito tirado por burros y tardó dos años en llegar a la capital porque cada vez que paraba vendía todo el turrón que tenía y volvía a casa a por más», relata a ABC Carlos Ibáñez Méndez , sexta generación de la familia Mira, ahora al frente de la tienda. En 1842 Don Luis Mira se instaló en un puesto de la Plaza Mayor y trece años después en la Carrera de San Jerónimo número 30 , local que se mantiene hasta la fecha. «Comenzó cuando no existía competencia en Madrid, utilizando la mejor materia prima , sin aditivos ni conservantes, y en poco tiempo se ganó buena reputación, convirtiéndose en proveedor de la Casa Real en el reinado de Isabel II », subraya Carlos al referirse a su trastarabuelo. De generación en generación han ido recordando al fundador de esta casa como «una buena persona y todo un caballero». Y hay costumbres de la casa que no se pierden, muy fomentadas por la abuela de Carlos, como la de enviar todos los años dulces al Sumo Pontífice y a los Reyes de España.

Con solo 24 años, Carlos Ibáñez Méndez está al frente de este negocio familiar. «Desde que era pequeño mi padre y mi abuela me dijeron que todo esto sería para mí y que debía aprender bien el oficio», recalca. Con 18 años supo que quería ser “turronero” y seguir el legado familiar. Le enseñaron a utilizar los mejores productos «y es donde está el secreto de la calidad de nuestro turrón, mazapán, polvorones…». En esta casa se utiliza la almendra Marcona , «que es la mejor, y cuanto más almendra se utiliza, más caro es el turrón». Pero no por ello dejan de ser fieles al espíritu de esta fábrica de turrones de hacer los productos de mayor calidad. Los turrones de Jijona y de Alicante son los que más se venden en Casa Mira aunque es posible encontrar muchas otras variedades como el de yema, yema quemada, coco, chocolate, fruta y guirlache.

Especialidades de la casa

En esta fábrica se realiza todo de forma artesanal, «con mucho mimo, vigilando cada paso». El turrón que más elaboran es el de Alicante, que este año venden a 46 euros el kilo. «En dos horas hacemos 10 cajones que contienen 160 barras», cuenta Carlos. El de Jijona, «lo elaboran en el pueblo con nuestra receta en un pequeño obrador, aquí no tenemos espacio», confiesa. Las peladillas, piñones, mazapanes y polvorones son otras de las especialidades de la casa. También confeccionan bollería, colocada junto a los otros dulces de la casa en una enorme rueda en el mostrador. «La rueda fue todo un invento porque es un gran reclamo para que los que pasan por aquí entren a comprar, nadie se resiste a uno de estos bollos», confiesa el responsable de Casa Mira . Los roscones de Reyes son igualmente producto muy demandado cada Navidad. «Los hacemos a diario, normal, de nata y de trufa», explican en la tienda. No utilizan conservantes. El turrón «dura un año por el azúcar y la miel, que son buenos conservantes»

Clientela familiar

Son proveedores de la Casa Real desde el reinado de Isabel II BELÉN RODRIGO

Por esta casa pasan políticos, actores y muchas figuras públicas. Pero sobre todo cuentan con una clientela muy familiar, que llevan décadas confiando en esta casa para comprar sus dulces navideños. De las seis generaciones que han estado al frente del negocio tres han sido mujeres. «Todos han trabajado mucho, mi padre decía que este negocio era un dinosaurio hecho de palillos», recuerda Carlos. Se siente orgulloso de que cada año vuelvan los mismos clientes, «confían en nosotros» . Sabe que si los meses de noviembre y diciembre funcionan bien no se tiene que preocupar por el resto del año pero aun así este joven “turronero” es muy inquieto y busca siempre mejorar los productos. El año pasado estuvo en la escuela de Cordon Bleu «y aprendí mucho, poco a poco he ido implantando cosas nuevas», reconoce. Se hizo cargo del negocio en plena crisis. «Sí notamos que personas que se gastaban antes 300 euros pasaron a gastarse 100, por ejemplo, pero poco a poco las ventas se han recuperado». Es un producto muy puntual y «eso ayuda a que las personas no dejen de comprarlo». Los turistas, nacionales e internacionales, se llevan el turrón envasado al vacío «en cualquier época del año».

Desde el 10 de julio al 1 de septiembre Casa Mira está cerrada. «No sale rentable tener abierto el local». Son meses que aprovechan para ir a la tierra, Jijona. Se sienten muy orgullosos de ser la única casa de Madrid dedicada exclusivamente al turrón. El local se ha mantenido igual desde el origen, «la madera, los cristales, es un edificio muy antiguo que no se puede tocar pero hemos ido adaptándonos a las normas exigidas por Sanidad», subraya el responsable.

Han recibido ofertas y propuestas para vender el turrón en otros lugares pero Carlos tiene claro que solo habrá una Casa Mira . «Si tienes un único establecimiento puedes controlar cómo sale y cómo se vende, y eso es lo que queremos», matiza.

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