«Tucibi»: la nueva droga que engancha y destruye a la alta sociedad madrileña

El seguimiento de la Policía a los traficantes de esta nueva sustancia ha dado esta semana los primeros resultados en Madrid . Los agentes del Grupo Segundo de Crimen Organizado de la Brigada Central de Crimen Organizado (UDYCO Central) han desmantelado dos laboratorios, en Getafe y Arroyomolinos , encargados de la producción y distribución de tucibi. La operación se ha saldado con nueve detenidos y se han incautado de varios kilos de cocaína, 107 gramos de metanfetamina, 214 de ketamina, 15.870 euros en metálico y utensilios para el tratamiento de estupefacientes.

Según fuentes policiales, la banda criminal estaba organizada en tres grupos y entre sus miembros hay vínculos familiares o afectivos. El primer grupo, asentado en Arroyomolinos y formado por una pareja de origen colombiano, se encargaba de comercializar cocaína y de la producción de droga en un piso clandestino de Getafe. El segundo, compuesto por dos hombres y una mujer, también colombianos, gestionaban un segundo laboratorio de tucibi para después venderla en locales nocturnos de Madrid, Ibiza, Málaga y Alicante. El tercero, según la Policía, organizaba eventos musicales (sin licencia) como excusa para introducir la nueva droga en el mercado. El material incautado, previsiblemente, era para los meses de verano.

El efecto principal de tucibi es alucinógeno . Se consume por vía oral y es de rápida absorción: tarda unos quince o veinte minutos en actuar en el organismo, prolongándose hasta cuatro horas. Esta cocaína rosada, muy adictiva y con cierta aceptación entre los colombianos, causa agitación, alucinaciones y distorsión sensorial y motora . Estos efectos pueden mutar en diarrea, vómitos e incluso convulsiones. Un consumo prolongado de esta sustancia deriva en depresión, insomnio, cuadros de ansiedad y, en algunos casos, fuertes arritmias y paros cardiovasculares .

El origen de esta droga remite a Colombia, si bien la fórmula química se creó en Alemania en la década de los 70. Fue un narcotraficante del país suramericano, apodado como el «Pablo Escobar de las anfetaminas» , quien se apoderó de la receta y comenzó a comercializarla hace diez años. En la nación cafetera es conocida como la «droga de las modelos y las reinas».