Recorridos «rocambolescos» para los peatones por los cortes de Joaquín Costa: «Voy a cruzar por las bravas»

El Ayuntamiento de Madrid advirtió de los cortes la semana pasada, cuando anunció la inminente demolición del «scalextric» que conecta Nuevos Ministerios y Avenida de América. En hora punta, esta vía, la novena más concurrida de la capital, soportaba el paso diario de alrededor de 3.000 coches. Con todo, este lunes de julio en plena «nueva normalidad» ha sido más calmado de lo previsto. «¡Hay que buscar alternativas y no fiarse del Google Maps!» , gritaba un policía a un despistado que no sabía qué salida tomar en la rotonda improvisada en Príncipe de Vergara.

Aunque la circulación ha sido entorpecida, no se han producido grandes retenciones. «Llevo 15 minutos parado en la zona, tengo que ir a Príncipe de Vergara» , aseguraba Willy, el único de los preguntados por este diario que afirmó sufrir cierto atasco. «Solo llevo unos minutos», decía Cintia, que ha visto truncada su ruta diaria, pues utilizaba el puente para acudir al trabajo.

Al margen del tráfico, las obras afectan, sobre todo, a los vecinos de la zona. «Debería haber más pasos de peatones, pensaba que sería más fácil» , reconoce Ana, antes de decidirse a cruzar «por las bravas» con una pequeña maleta la glorieta de López de Hoyos. «Antes cruzabas el puente por debajo, ahora la subida es un poco rocambolesca», afirma otra Ana, también vecina de la zona, que se resigna a cambiar sus recorridos habituales si es por «algo bueno».

El alcalde Jose Luis Martínez-Almeida ya alertó de que los trabajos, que durarán cuatro meses , causarían «perjuicios considerables a la movilidad y los vecinos». «Va a ser peor en septiembre », confirmaba esta mañana un policía municipal.

Para minimizar el impacto sobre la circulación, el Consistorio ha decidido desviar los vehículos, a partir de este miércoles, a la calle de Velázquez , que se convertirá en una vía de doble sentido , y a Diego de León. «El atasco llegará a Atocha», opinaba un policía sobre la decisión.

Pero las complicaciones son inherentes a un derribo necesario ; el puente de Joaquín Costa ha llegado al final de su «vida útil» y amenazaba con colapsar. La demolición, que se ejecutará en etapas y «fundamentalmente» durante al día, se realizará mediante un contrato de emergencia adjudicado a la empresa Dragados . Todavía se desconoce el proyecto que sustituirá al «scalextric», si bien el regidor ha indicado que «se están estudiando soluciones en superficie».