Los testigos de la explosión en Madrid: «He oído el bombazo y acto seguido los llantos de los niños»
El fuerte estallido en un edificio parroquial de la calle de Toledo se ha escuchado varios kilómetros a la redonda
La explosión se ha sentido en varios kilómetros a la redonda. El fuerte estallido, presuntamente por una fuga de gas, ha segado al menos tres vidas y cuatro plantas del edificio ubicado en el número 98 de la calle de Toledo . Ana ... Belén Molina, vecina del número 15 de la calle de la Paloma, relata a ABC ese momento. «He oído el bombazo y acto seguido los gritos y los llantos de los niños del colegio. Hemos pensado que había pasado algo en el centro. Ha temblado toda la casa», cuenta sobre lo sentido en su vivienda, justo a la espalda de la zona cero del accidente.
El pedazo afectado de la calle de Toledo, donde también se erigen el colegio concertado La Salle La Paloma y una residencia de ancianos , ha quedado devastado. «Está todo lleno de escombros. He salido de casa y ahora la Policía no me deja regresar. Dicen que están evaluando las estructuras de los edificios cercanos por si estuvieran dañadas. No sé si nos desalojarán o no. En el patio de mi edificio se ha caído una malla de protección. No han estallado las ventanas, pero sé de gente que le ha reventado las lunas de su coche», señala Ana Belén. «Ahora mismo no sé a dónde ir», añade.
Como ella, otros tantos vecinos se encuentran a esta hora de la tarde en las calles perpendiculares a Toledo. La lluvia, que no ha dado tregua, les obliga a resguardarse debajo de cualquier saliente. «Los bares están más llenos que nunca», dice otro vecino al cobijo de la célebre churrería Muñiz en la calle de Calatrava. En la esquina con Humilladero tienen instalado su puesto los guías caninos de la Policía Nacional . Los perros regresan cubiertos de polvo -hecho barro por la lluvia- y reciben las caricias de los agentes. La banda sonora, entre el silencio que precede a las tragedias, es la de los martillos neumáticos y la maquinaria que trabaja en el edificio. En el aire un dron de Emergencias vigila la escena en los últimos minutos de luz de esta triste tarde. El ocaso permite ver ahora, de forma más clara, el reflejo de las llamas que aún siguen en su interior.
La explosión se ha producido en los locales parroquiales y los pisos de residencia de los sacerdotes de la parroquia Virgen de la Paloma, según ha confirmado a ABC el Arzobispado de Madrid. En la parroquia, cuenta una feligresa, coexisten actualmente 18 comunidades de entre treinta y cuarenta personas cada una. «Es un bloque entero, donde nos reunimos en diferentes salas y en días alternos», resume esta mujer, visiblemente afectada. Dentro del inmueble también hay un centro de Cáritas y otro destinado a ayudar a niños en situación de vulnerabilidad.
Diez minutos antes de producirse la deflagración, Alberto Gómez pasó por la puerta del edificio parroquial de la calle de Toledo. «Iba por la plaza de la Cebada cuando escuché un ruido tremendo», relata, sin saber en un primer momento lo que estaba pasando: « Alguien dijo que era una bomba . Yo pensé que era un tema de obras». Lo cierto es que el edificio afectado saltó por los aires, dejando tras de sí un reguero de caos e incertidumbre.
«Parecía la guerra»
Cerca de medio centenar de ancianos , alojados en la residencia contigua, fueron desalojados. Algunos, como Amparo Moral, de 83 años y necesitada de una silla de ruedas, tuvo que se evacuada por los bomberos. «La primera vez que hablé por teléfono con mi madre me dijo que parecía la guerra», relata Amparo Astilleros, quien presa del miedo llegó a parar al alcalde de Madrid para preguntarle por la situación de los hospedados: «Lo vi pasar por la calle y me dijo que no me preocupara, que estaban bien». Tras ser trasladados hasta un hotel cercano, todos serán reubicados en otro centro del grupo .
Mientras tanto, Jesús Sanz espera noticias para poder acceder a su casa. Su perra Leia es la única que ahora mismo está en el cuarto piso del número que se levanta justo enfrente del inmueble parroquial. «Me ha dicho el portero que los bomberos están mirando los pisos para ver si hay daños estructurales », apunta, con la esperanza de poder esta noche dormir en casa. «Aunque sea que nos dejen pasar para coger algunas cosas y poder rescatar al animal».
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