Cae por tercera vez en un año Chamaquito, líder de los DDP en Torrejón, por hurto, lesiones y agresión
La Guardia Civil desmantela el 'coro' que actuaba en el Corredor del Henares y detiene a siete miembros
Agentes de la Guardia Civil detienen a uno de los miembros de los Dominican Don't Play
La banda latina de los Dominican Don’t Play (DDP) sufre un nuevo golpe en Madrid tras haber sido detenido, por tercera vez en menos de un año, el líder del ‘coro’ –nombre que le dan a las facciones territoriales– de Torrejón ... de Ardoz : Chamaquito. El joven, de 23 años, ha caído junto a sus secuaces, otros seis pandilleros que actuaban en el Corredor del Henares y que están acusados de presuntos delitos de agresión sexual, pertenencia a grupo criminal , lesiones y amenazas, tenencia de armas prohibidas y delitos contra el patrimonio .
Los siete detenidos, con Chamaquito al frente, se encargaban de llevar a cabo la expansión de la banda entre Torrejón de Ardoz y Guadalajara, según informan fuentes de la Guardia Civil, así como de organizar las actividades delictivas .
Tras identificarlos como posibles responsables de numerosas agresiones y amenazas , agentes de la Guardia Civil registraron dos inmuebles de Torrejón, posibles sedes, donde intervinieron numerosas armas prohibidas, objetos robados y herramientas que utilizaban para cometer los delitos contra el patrimonio. Allí los arrestaron.
Los investigadores sospechan que también provocaban enfrentamientos violentos contra miembros de grupos rivales asentados en localidades cercanas con «el fin de vengar disputas anteriores y hacerse con el control de las zonas».
Castigos y dinero
Chamaquito es un viejo conocido de los agentes. En julio del año pasado, la Policía Nacional lo engrilletó por, presuntamente, participar en el apuñalamiento de tres jóvenes de una organización rival en Carabanchel. Fue entonces cuando se constató que era el responsable de la banda en la localidad torrejonera y que captaba a menores, de entre 12 y 16 años, con el objetivo de que se integrasen en la formación y delinquiesen. Los más jóvenes debían pagar una cuota semanal para seguir en la banda y, cuando no lo hacían, eran castigados con palizas .
En octubre, volvió a dormir en los calabozos acusado de robar bicicletas en trasteros para venderlas y conseguir financiar a los DDP. También ordenaba a los menores a que se hiciesen con ellas. Este tipo de bandas cuenta con una fuerte jerarquía donde cada miembro tiene una función y, en el caso de los que aún no han cumplido 18 años, muchas veces son inducidos a abandonar sus hogares.