El sistema defensivo que cambió la historia de Alcalá de Henares, al descubierto

«Es la primera vez que aparece una torre cristiana redonda en Qal´at´Abd-Salam . Siempre se ha había pensado que era una fortaleza completamente musulmana, pero esto demuestra que la ocupación posterior fue mucho más potente de lo que se pensaba: se llegó a reconstruir el castillo aprendiendo de los errores que habían cometido los musulmanes en su edificación a nivel de cimentación», indica a ABC el experto arqueólogo y restaurador al cargo de la excavación, Miguel Ángel López Marcos .

Los trabajos arqueológicos realizados en el recinto hasta ahora señalan que se trataba de una fortaleza triangular, de más de dos hectáreas de extensión, rodeada de una decena de torres. En su interior se han hallado los restos de algunos silos y de un aljibe de planta rectangular cubierta con bóveda de cañón y con arcos fajones.

Esta última campaña, iniciada el año pasado, ha permitido sacar a la luz 100 metros de muralla, una parte del perímetro que se intuía en las fotos, así como dos torres cuadradas levantadas por los árabes. Ya en los últimos coletazos de la excavación, que ha sido promovida por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid –enmarcada en el Plan de Yacimientos Visitables–, ha permitido dar con un torreón que llegó a alcanzar los 13 metros de altura, mucho mayor que los de forma rectangular que se habían hallado antes.

«Los cristianos corrigen la fortaleza haciendo unas torres mucho más cimentadas, macizas y más altas, para poner catapultas y devolver los golpes al cerro de Malvecino en caso de ataque.Y, sobre todo, lo que hace esta torre redonda y compacta es que los golpes de las catapultas sean mucho menos efectivos, porque los resbalan», explica el conservador, que subraya que al edificar torres sin esquinas, que son su parte más vulnerable, lograron establecer una defensa «mucho más efectiva». «El uso de los encofrados obliga a los árabes al diseño de construcciones cuadradas, rectangulares o facetadas, en lugar de las construcciones circulares muy difíciles de encofrar», señala el arqueólogo.

Tras su conquista definitiva por las tropas del arzobispo de Toledo, la fortaleza fue reconstruida y el castillo levantado por los musulmanes siguió desempeñando un relevante papel durante el proceso de repoblación. «Fue un enclave importante. El núcleo interior llegó a alojar a unas 500 personas y a otras 3.000 más en los arrabales», aporta López Marcos, quien también estuvo a cargo de la restauración de los restos de Sabatini en la reforma de la plaza de España de Madrid , recién inaugurada.

A partir del siglo XV, la fortaleza fue poco a poco perdiendo importancia, hasta ser abandonada por completo y quedar en ruinas. Desde entonces, el yacimiento ha sido maltratado por el tiempo y por el hombre.

Según explica el experto, el asentamiento fue edificado sobre «terrenos inestables». Los materiales utilizados para su construcción, sobre todo en el interior –muros de mampuesto recibido en seco con arcilla–, no ayudan a garantizar un estado de conservación idóneo. «Las propias características defensivas del lugar, susceptibles de ser atacadas y demolidas, como lo atestiguan los numerosos bolaños y piezas de artillería localizadas o la tradición militar del entorno al convertir la zona en campo de tiro, tampoco son el mejor escenario de preservación para un yacimiento», agrega López Marcos.

Al ser incluido en la red de Yacimientos Visitables de la Comunidad, esta reciente excavación se inició con el pretexto de adecuar los accesos a la vieja fortaleza.Pero en el transcurso de los trabajos han aflorado estos importantes restos que explican el devenir de Alcalá.