Sigfrido Herráez, nuevo decano de los arquitectos de Madrid

La candidatura de Sigfrido Herráez obtuvo un total de 553 votos, frente a los de sus rivales:515 para la candidatura Smando, 329 para +humanA, y 153 de A4C.

La nueva Junta de Gobierno se encargará de dirigir el Colegio de Arquitectos durante lo que queda del presente mandato: hasta 2022, cuando se renovarán los cargos. De las elecciones de ayer sale una Junta compuesta, además de por Sigfrido Herráez, por Pablo Olalquiaga Bescos como vicedecano, Joaquín María Gómez Pérez como secretario, María Eugenia del Río Villar como tesorera, y Ramón Andrada González-Parrado, Pilar Pérez de la Cuadra, Ángel Hernández Espada, Javier Revillo Pinilla y José Antonio Pellicer Da Rocha como vocales.

La jornada electoral presencial celebrada ayer en la sede del COAM se desarrolló con normalidad, aunque con una participación bajísima de arquitectos. Un hecho que provocó tristeza en algunos anteriores responsables de la institución, y que achacaban ese gesto de «desafección total» al disgusto de los profesionales con la moción de censura que había frustrado a la mitad el mandato de Belén Hermida, la anterior decana.

En realidad, la baja participación viene siendo la tónica habitual en las elecciones de COAM. De hecho, en el caso de Hermida, votaron 1.843 colegiados, apenas un 18 por ciento del censo total.

Tras una época convulsa, en la que el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid ha pasado hasta por una moción de censura , las nuevas elecciones suponen la esperanza en retomar la normalidad durante el año y medio aproximado que resta del presente mandato.

Renovación-COAM , la candidatura encabezada por el nuevo decano Sigfrido Herráez, combina en su equipo nombres históricos de la arquitectura, como Pablo Olalquiaga, hijo de Rafael Olalquiaga; o Ramón Andradas, hijo del que fuera arquitecto jefe de Casa Real y gerente de Patrimonio Nacional; con jóvenes como Eugenia del Río.

Las prioridades de su programa son redimensionar el Colegio –que tiene el mismo número de trabajadores que en las épocas de bonanza económica, cuando se visaban muchos más proyectos, señalan– y la defensa de los arquitectos, para lo que propone acuerdos con las administraciones sobre la Ley de Arquitectura o la gestión de las licencias. Propone también contar con unos honorarios fijos: los arquitectos jóvenes «pueden estar cobrando 8 euros la hora».

Otras líneas de trabajo se dirigen hacia la mejora de actividades como los visados de proyectos, o la puesta en marcha de varios niveles de colegiación, con distintas tarifas en función de las circunstancias.