Serrano, la calle de la incertidumbre
Serrano, la calle de la incertidumbre
Los restos arqueológicos encontrados en la calle de Serrano -la cerca histórica de Felipe IV y el Viaje del Agua- han obligado a paralizar las obras en el tramo comprendido entre Goya y Alcalá. Los más perjudicados, los comerciantes, que tras siete meses de molestias ... ven en peligro los plazos dados por el Ayuntamiento para reabrir por completo la vía al tráfico rodado y peatonal.
En el comercio de Serrano hay dos vertientes: los pequeños negocios, históricos y familiares, que han podido conservar la clientela, así como los establecimientos de lujo, y los grandes, dependientes de franquicias en muchos casos. Dentro del primer bloque estaría Casa Matarranz. El enfado de Miguel Ángel Matarranz, administrador del negocio familiar textil es notable. «Para empezar, esta obra es una salvajada. Parece la construcción de las pirámides de Egipto», protesta, indignado. Y añade: «¿Era necesaria esta demostración de poder?». El negocio de la familia Matarranz abrió en 1941, por lo que «los clientes de toda la vida siguen siendo fieles». Otro establecimiento veterano es la floristería Castañer, ubicada en la céntrica calle desde 1947. También han visto salvado el negocio al tener a clientes fieles, con los que resuelven los encargos por teléfono.
Más difícil es la situación de aquellos comercios cuyo principal reclamo es su escaparate y estar ubicados en una zona de paso. Antes, los coches paraban en doble fila y ahora eso es imposible. Tanto Cristina Pérez, dependienta de una zapatería de la calle, como Mar Salas o Vanessa González, trabajadoras de la firma Pedro del Hierro, advierten de que los trabajos de reforma son inoportunos, ya que, además de la crisis económica, tienen que sufrir las consecuencias de la menor afluencia de clientes.
Los «jefazos» italianos de Cristina protestaron por la bajada de ventas. Claro que no sabían que un camión obstruía el acceso. Mar y Vanessa opinan que la obra es excesiva: «La calle estaba bien. Es una tontería de obra».
Cero información
Ina Ansaldo, trabajadora de Farrutx, se encuentra desconcertada. «Tenemos cero información. Me he enterado de la paralización de las obras por la radio. Al principio de la obra sí vinieron del Ayuntamiento con unos planos para que viéramos cómo iba a quedar todo de bonito, pero ahora no sabemos nada». También su comercio se ha visto afectado por los trabajos. A las doce del mediodía, tres clientas se prueban zapatos en el interior de la tienda. «Estamos en la hora punta y ya ves que hay tres personas», comenta, irónica. Cuando se le pregunta sobre los restos arqueológicos que han motivado la parada de las obras, contesta que «los restos que van a tener que recoger van a ser los nuestros cuando esto termine».
Defensas jurídicas
Las asociaciones de comerciantes todavía no han decidido si tomaran medidas legales contra el Ayuntamiento. A Luis Castañer varios abogados le han ido a ver a su floristería para ofrecerle sus servicios, pero él no está interesado. «¿De qué serviría?», se pregunta. Los comerciantes de Serrano temen que la prolongación de las obras entorpezca la campaña de Navidad. Y en tiempos de crisis, esto no es ninguna tontería.
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