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Secretos culturales bajo nuestros pies

El ocio «underground» tiene varios enclaves mágicos en la capital, algunos de ellos de visita gratuita

El Metro de Madrid alberga muchas sorpresas, desde yacimientos encontrados durante sus obras hata estaciones «fantasma» ABC
Nacho Serrano

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El subsuelo de Madrid alberga mucho más que alcantarillas y líneas de Metro, es más, la cultura y el ocio de la capital tienen allí un lugar que, además de estar fresquito en pleno mes de agosto, guarda secretos de lo más curiosos que normalmente no atraen la mirada del público.

Uno de ellos es la Mina de Marcelo Jorissen , a veinticinco metros bajo tierra en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía. Se trata de una reproducción exacta de un yacimiento de carbón, con su galería y su pozo, sus raíles y vagonetas que puede visitarse en grupos de entre diez y treinta personas, los miércoles, jueves y viernes (también el primer domingo de mes). La entrada de tres euros incluye la visita del Museo Minero, pero puede incluirse un taller de minerales, por sólo un euro más.

Otro ejemplo de ocio «underground» en el sentido más literal está en el Parque El Capricho de la Alameda de Osuna . Allí hay un secreto bajo los pies de los visitantes: nada menos que un búnker de la Guerra Civil, único en Europa por su estado actual de conservación. Es un enclave que alojó el Cuartel General del Ejército Republicano del Centro. Este refugio, situado a 15 metros bajo tierra, fue construido alrededor de 1937 y acoge visitas guiadas gratuitas (20 personas por grupo) de 30 minutos, los sábados o domingos entre las 10 y las 13h.

En el Parque El Capricho puede visitarse un refugio republicano de la Guerra Civil ABC

La construcción del Metro de Madrid también ha dejado un legado rodeado de misterios, algunos de los cuales pueden descubrirse en Andén 0, un proyecto que aglutina la antigua estación de Chamberí, la Nave de Motores de Pacífico y el Antiguo vestíbulo de la Estación de Pacífico. Allí se puede recrear la parada que hacía el suburbano en Chamberí allá por 1919, ya que se han restaurado su aspecto original. En la Nave de Motores de la estación de Pacífico, construida entre 1922 y 1923, se pueden contemplar tres enormes motores diésel y otros elementos de la maquinaria que servía para generar la energía con la que funcionaban los antiguos trenes, y también en la estación de Pacífico, se muestra el vestíbulo original de 1923, obra por Antonio Palacios, el diseñador de la estación. Las visitas suelen ser el segundo o tercer sábado de mes.

En la estación de Ópera hay otra sorpresa: restos de los siglos XVI y XVII pertenecientes a la fuente de los Caños del Peral, el acueducto de Amaniel y la alcantarilla del Arenal . También hay que descender varios metros para visitar la réplica de las Cuevas de Altamira, en el jardín del Museo Arqueológico Nacional. Construida por len 1964,ofrece una pequeña pero imponente visión de las famosas pinturas prehistóricas.

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