San Romualdo: una parroquia de acogida

«Señor de los milagros, Cristo de Pachacamilla , ante tu imagen me consagro a ti…», así reza la oración que acompaña la singular imagen de este Cristo , que es capaz de congregar, a través de su hermandad, a miles de personas en el día de su fiesta por las calles de un barrio que ya hoy tiene un sesenta por ciento de la población procedente de países como Perú, Bolivia, República Dominicana, Colombia, Venezuela. Hasta hace bien poco se le conocía como « La pequeña Lima » en Madrid. Ante el Cristo de los milagros, siempre una oración: una joven, con sus deseos de esperanza; una abuela, que pide protección para los suyos; un joven, que demanda trabajo. La parroquia, con un singular y funcional templo del que sobresale una espectacular torre , bien pudiera ser catedralicia, se ha convertido en imán de integración para estos hermanos acogidos en la historia de una comunidad viva.

Tal y como recuerda el párroco actual, José Ramón Fernández Aranda, que está acompañado por el sacerdote Adolfo Lucas Maqueda, la parroquia fue creada canónicamente por monseñor Casimiro Morcillo González el 12 de julio de 1965 , por medio de un decreto que desmembraba el territorio de Santo Tomás Apóstol. Nombrado como párroco Javier Resa Aguirre se ejercía el ministerio litúrgico y pastoral desde la Escuela del Estado llamada «Colegio Nacional José Feliú Codina». El 1 de junio de 1969 la parroquia se instala en un local situado en la calle Marcelino Roa Vázquez 27. El local de la Iglesia era conocido como la «Cristalería». Fue en 1983 cuando se trasladó a la calle Pedro Antonio de Alarcón 35, hasta la n ueva construcción del templo actual en 1998 .

Hablando de integración, ahí están las actividades de la Escuela de Cocina y de servicios domésticos , los talleres asistenciales de formación de Cáritas, las horas que los sacerdotes dedican a la conversación, a la escucha de las personas con necesidades, y el trabajo de los más de veinte voluntarios de Cáritas en un barrio en el que dedicaron, y dedican, mucho esfuerzo las Hijas de María Auxiliadora . Parroquia hoy atendida por las Misioneras de Acción Parroquial. De los catequistas, el 85 por ciento son hijos de inmigrantes ; el 90 por ciento de los niños bautizados en la parroquia, también hijos de inmigrantes. La generosidad de las personas del barrio es mucha. El párroco lo ejemplifica con la siguiente anécdota: «Un domingo, en el cepillo de la colecta, encontramos una nota que decía: Mi vecino, que vive en la calle…, está pasando mucha necesidad y no se atreve a venir a la parroquia. Por favor, ayúdenle». Y era verdad… La generosidad es grande también cuando es misionera, de ahí la implicación en un proyecto de formación de seminaristas vietnamitas.

La vida de la comunidad también se palpa en las actividades de formación de la fe . Por ejemplo, el grupo de los Retiros parroquiales Juan XXIII, que surgió en Puerto Rico es una versión de los retiros de Emaús; o la Escuela de Padres , que está relacionada con los nuevos métodos implantados de catequesis de iniciación cristina en la parroquia que pretenden implicar más a los padres en la formación de sus hijos. Al final, me quedo con las rosquillas de San Romualdo que se han repartido por miles en el día se su fiesta. El dulce sabor de una comunidad que tiene como centro a Cristo Eucaristía, tal y como se puede comprobar en los múltiples carteles que invitan a los jóvenes a descubrir la novedad del Evangelio. No en vano, uno de ellos, que está a la entrada de la iglesia, dice así: «Un cristiano ha de ser un especialista en Cristo. ¿Lo eres tú? ¿A qué esperas? Miércoles…».