Tras las huellas del joven Simón Bolívar en Madrid
La ruta recorre los lugares que el ‘Libertador de América’ frecuentó en su corta estancia
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Iniciar sesiónSe podría decir que el primer y único consejo que sugiere a los asistentes Manuel Rodríguez, el venezolano creador de la ruta de Simón Bolívar en Madrid , es que viajen en el tiempo y se ubiquen en el año 1799, justo cuando el ... joven Simón se embarca en el barco Ildefonso y parte a España. Con apenas 16 años, Bolívar llegó a la Península por el puerto de La Coruña y cabalgó con sus criados hasta Madrid, donde estuvo hasta 1802.
Sobre este primer viaje, que ha sido difícil documentar, las leyendas han tratado de rellenar las lagunas históricas. Es parte de la memoria que quiere reconstruir Rodríguez , para los que como él intentan seguir el rastro que dejó el ‘Libertador de América’ durante su corta estancia en el viejo Continente.
El cielo está despejado y los viandantes aprovechan los rayos de sol para calentarse. Es sábado y son las cuatro de la tarde, el tour está a punto de comenzar en el punto de encuentro: la agitada glorieta de Bilbao. Manuel Rodríguez lleva 18 años viviendo en España y comenta que puso en marcha este proyecto en el año 2016 tras vivir una mala experiencia laboral. «Comencé a leer la vida de Bolívar en Madrid y decidí hacer esta ruta para todas las personas de Latinoamérica que estuvieran interesadas », dice e inmediatamente aclara que para su sorpresa también han asistido españoles y portugueses.
Placas y estatuas
Esta vez los asistentes son un pequeño grupo de venezolanos. En plena ola de repuntes por Ómicrón, Rodríguez prefiere liderar grupos reducidos para evitar los contagios. Siguiendo su recomendación, las personas le manifiestan estar situadas en el siglo XVIII y es allí cuando comienza a contar la desconocida historia de Simón Bolívar en la ciudad de Madrid. «Él no era español, lo era su tatarabuelo », apunta Rodríguez, que había elegido muy bien el punto de partida. Según la historia, el futuro militar entró a Madrid por la puerta de ‘Los pozos de nieve ’, ubicada justo donde está la fuente de la glorieta de Bilbao, un 12 de junio de 1799 a media mañana.
El tour no es cronológico y tras andar por toda la calle Fuencarral y dar unos giros a la izquierda, en la calle Gravina se encuentra el edificio donde Bolívar contrajo matrimonio con una madrileña, hija del marqués de Toro. En la fachada lateral, una placa reza:«El 26 de mayo de 1802 en la parroquia de San José que se levantaba en el solar que ocupa esta casa Simón Bolívar contrajo matrimonio con Maria Teresa del Toro Alayza ».
Todas las placas o estatuas de Simón Bolívar y otros héroes nacionales de Latinoamérica fueron construídas durante la dictadura de Franco. Según varios autores, el motivo era «ensalzar la Hispanidad y mostrar respeto a los héroes na cionales de los países de Iberoamérica». En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando estudió el mozo criollo con la ayuda de los Reyes. «Allí solo podían estudiar los hijos de los aristócratas», puntualiza Rodríguez.
Una publicación de ABC del 30 de julio de 1970 señala que «Bolívar sabía muchas cosas, pero habían sido aprendidas sin orden ni método, de acuerdo con el mal sistema pedagógico de su maestro Simón Rodríguez». Añade que fue en la casa del marqués de Ustariz donde entra en contacto con los enciclopedistas . «Es Madrid quien pone al joven venezolano en contacto con la cultura clásica y humanística europea».
Al subir por Gran Vía, volvemos a cruzarnos con la calle Fuencarral. En la esquina, un gran edificio reformado cuando se construyó el centro tiene una placa que recuerda que en ese lugar estuvo situada la casa de la esposa de Bolívar al que se refiere como «el genio de la raza», adjetivo que Rodríguez confiesa no entender y por lo tanto muestra su desacuerdo.
La visita continúa por el actual Ministerio de Exteriores, el Palacio de Santa Cruz, donde hace 200 años estaba una sede de la Guardia Real. Allí estuvo preso el futuro caudillo durante cinco días. La falta de información ha originado dos leyendas sobre su paso por la prisión: por un lío de faldas o por ser un recadero de espías, en su caso de sus tíos cercanos a los franceses.
Finalmente, el paseo acaba frente a la estatua ecuestre de Bolívar – polémica para muchos– por el odio suscitado años después contra España. En todo caso, para los curiosos la ruta es una forma de ver desde otra perspectiva la ciudad.
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