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rumbo al sur

Los expedicionarios ayudan a construir un hospital

Los ruteros madrileños han conocido el proyecto de las Siervas de María en Dschang y han colaborado en su misión

Los expedicionarios ayudan a construir un hospital

adrián delgado

Los jóvenes expedicionarios de Madrid Rumbo al Sur han cumplido su primera semana en Camerún recibiendo a sus dos últimos compañeros. Alba Riches y Jesús Cebrián, dos jóvenes discapacitados de 17 y 18 años, se han sumado hoy a las tareas que están desarrollando en la localidad de Dschang, a unos 250 kilómetros de la capital, Yaoundé. Allí, y bajo una intensa lluvia, los cien chicos madrileños han ayudado en las tareas de construcción de un hospital.

Acompañados desde hoy por el director general de Voluntariado y Cooperación al desarrollo de la Comunidad de Madrid, Javier Goizueta, los expedicionarios han conocido sobre el terreno la importante labor humanitaria desarrollada por la ONGD África Directo . Su trabajo permitirá la apertura de un área de pediatría de más de 500 metros cuadrados que será gestionado por la Congregación Siervas de María en Dschang , especializadas en el área sanitaria.

Su madre superiora, sor Antonia León, que lleva más de 16 años trabajando en el país africano, ha destacado la importancia que este tipo de proyectos tiene en la «pequeña África», como se conoce a Camerún en el continente. «Nuestro trabajo aquí es fundamental y muy agradecido. No sólo en el ámbito sanitario al que dedicamos parte de nuestros esfuerzos, sino en la educación y escolarización de los niños. Es fundamental porque es a través de la enseñanza como más se puede influir en sus hábitos de higiene, por ejemplo», explicó.

Una labor fundamental

«Si queremos sacar esto a delante solo podemos hacerlo a través del trabajo. Nosotras solo somos el puente que permite construir este hospital, que es para ellos. Les inculcamos por ello la honestidad en el trabajo, para que no roben los materiales de obra y puedan tener, al fin, un centro de salud en la zona. Ellos nos han llamado y por eso hemos venido a ayudarles», afirma sor Antonia.

Tanto ella, como el resto de la congregación está orgullosa de «ser españoles». Recibimos la ayuda de varias empresas e instituciones españolas, entre ellas la Comunidad de Madrid, que ha donado 48.000 euros . El proyecto está sirviendo, además, para dar trabajo en la zona. En Dschang tener trabajo es un privilegio y la única forma posible de sobrevivir.

Un proyecto avanzado

Las hermanas esperan que el hospital esté finalizado en noviembre de 2014 . Mientras tanto, las Siervas de María no dejan de ayudar, como pueden, a la población. Están convencidas de que la educación y la escolarización es decisiva en la salud de la gente. Es un auténtico reto a conseguir, en una de las zonas más primitivas y ancestrales de Camerún. «Es fundamental advertir a la gente como prevenir enfermedades como el VIH o la malaria . Aún hoy, muchos piensan que esta enfermedad trasmitida por los mosquitos es un espíritu maligno. Cuando mueren tratan de liberar a la víctima de él, abriendo su cuerpo en canal. Es un problema cultural. Muchos se niegan todavía a que sus hijos reciban vacunas», cuenta sor Antonia.

Cercanía como base para el éxito

Cercanos a la comunidad en la que se ubican, las Siervas de María han realizado varios censos para conocer las necesidades de sus pacientes. Gracias a su trabajo se ha conseguido descender de forma significativa los contagios de VIH. El complejo, aún en construcción, cuenta con 45 trabajadores. Entre sus principales objetivos está proteger a la mujer y a los niños --los más débiles en Camerún--, a través de programas de vacunación. También corrigiendo hábitos de alimentación perjudiciales –la diabetes y la hipertensión están extendidos por el país como un «mal endémico»–. «La mayoría presentan carencias básicas de vitaminas por su alimentación . Su dieta, hasta hace relativamente poco, se ha basado en el consumo de vegetales silvestres y raíces hervidas», explica sor Margarita, otra de las Siervas de María.

Lucha contra la medicina natural

Otro de los grandes retos de estas religiosas es luchar contra la medicina nativa basada en la hierbas naturales, sangrías y en el chamanismo. «Sus “remedios” ocasionan problemas de tal gravedad que en ocasiones es casi imposible ayudarles con el uso de la medicina». «Muchos no quieren venir aquí porque piensan que el tratamiento va a ser caro. Nosotros no dejamos a nadie sin atender, nunca». Lo que más atienden son partos. «Las mujeres que no tienen hijos son repudiadas. Nosotros atendemos cerca de 120 partos al mes , casi cuatro al día», concluye sor Margarita.

Ahora trabajan a fondo para concluir el hospital en el que han colaborado los cien chicos madrileños de Madrid Rumbo al Sur. «Merece la pena abrir un nuevo centro como en el que MRS ha depositado su granito de arena», aseguran emocionados los expedicionarios. Una pequeña ayuda como ésta, que permitirá abrir dentro de dos años una consulta, un laboratorio, una farmacia, un quirófano, una maternidad y alrededor de cien camas. «Yo recomendaría a todo el mundo que pusiera su granito de arena. Qué salvemos a África. Hay que ayudar. Si todo el mundo pusiera, al menos 1 euro, esto no sería un tercer mundo, sería un primero», afirmó Jesús Cebrián.

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