Ronaldo y Kaká mandan
Más de 90 miembros del Comité Olímpico Internacional reunidos en un mismo hotel con los representantes de las cuatro ciudades candidatas a celebrar los Juegos de 2016; una decisión millonaria por tomar, y una lucha sin cuartel entre las rivales, que no han ahorrado gastos ... ni esfuerzos para conseguir su meta. ¿Y qué es lo que más le preocupaba a los respetables señores del COI? El fichaje de Cristiano Ronaldo y de Kaká por el Real Madrid. «Es cierto, me han preguntado por ello varios de los presentes», reconocía Alberto Ruiz-Gallardón.
Al parecer, entre los miembros de este selecto club olímpico -muchos de ellos ex atletas y presidentes de federaciones deportivas-, hay muchos seguidores de la actualidad futbolística, «fascinados -indicaba el alcalde madrileño-, por el nuevo proyecto del Real Madrid».
Mientras, las delegaciones de las cuatro candidatas hacían lo imposible por atraerse las simpatías generales. Cualquier recurso es bueno: los madrileños incluso vendían, entre las cualidades de la ciudad para organizar los Juegos, su «agua del grifo, de excelente calidad y lista para beber», según la nota de prensa que se entregó a los más de 140 periodistas acreditados, de todo el mundo.
Claro que el plato fuerte de los Juegos son las relaciones públicas. Que se lo digan al alcalde, a Jaime Lissavetzky o a Juan Antonio Samaranch Salisach, incansables a la hora de repartir sonrisas y frases ingeniosas entre la concurrencia de miembros del COI. Hay, también, muchos habituales de la realeza europea y de las revistas del corazón: además de Alberto de Mónaco, ayer vimos en el Museo Olímpico al Príncipe Guillermo de Holanda y al Gran Duque de Luxemburgo charlando con Samaranch.
Aplausos para Madrid
Los representantes de las candidaturas no pierden ocasión y se lanzan sobre los miembros COI a la menor oportunidad. Lástima que algunos cuenten después que no se miran todos los documentos «que nos entregan, que son muy técnicos».
Precisamente lo que ha buscado Jacques Rogge con esta presentación de las cuatro candidatas -que se celebra por primera vez en la historia de los Juegos-, es dar una oportunidad a los miembros del COI de que conozcan personalmente la candidatura y a quienes la defienden, y puedan consultar cuantas dudas se les planteen. Diplomático hasta la médula, Rogge no quiso «mojarse» por ningún candidato: los cuatro, aseguró, pueden organizar unos Juegos. Incluso afirmó alegrarse de que la decisión no dependa de él.
Todas las ciudades, por cierto, tienen su uniforme: corbatas iguales, trajes a juego, y una imagen de equipo que no rompen ni siquiera los rudos guardaespaldas de la delegación japonesa, con brazos de hierro, especialistas en apartar moscones.
Los aplausos con que recibieron los miembros del Comité Olímpico algunos de los vídeos de la delegación madrileña fueron interpretados por Samaranch Salisach como «un premio a la presentación, que ha sido muy buena». Al fin y al cabo, recordó, «el protocolo no les obliga a ello, y el aplauso ha sido muy caluroso».
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