Un robo de película: se llevan once jamones, se estrellan en la huida y les cazan en el metro

M. J. Álvarez

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06/06/2018 a las 00:54h.

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De película de serie B. Eso fue lo que les ocurrió a unos delincuentes españoles de entre 19 y 24 años a última hora de la noche del lunes. No era su día, desde luego, y por suerte su plan salió mal. El trío, de nacionalidad española, acabó detenido por agentes de la Policía Nacional del distrito de San Blas. Fue después de una corta persecución policial que acabó con los autores de un robo con fuerza en una charcutería estrellándose con el coche en el que viajaban, presumiblemente sustraído, abandonado. Tras ello, se montaron en el Metro, donde fueron cazados cuando estaban dentro de un vagón que aún no había arrancado. Ahí fueron cazados.

Todo comenzó sobre las 23.40 horas en una tienda especializada en embutidos, quesos, aves, carnes y asados, situada en el número 12 de la calle de Mánchester. Varios sujetos, que estaban al acecho, eligieron el momento para romper el cierre metálico y a golpe de maza, hacer añicos el cristal del escaparate. Por él accedieron al interior del comercio. Su objetivo eran los jamones ibéricos y, cómo no, los mejores. Tras apoderarse de todos los que pudieron de una sola tacada, se subieron en el coche que habían dejado aparcado fuera con intención de h uir a toda velocida d.

No contaban, sin embargo, con que los vecinos, alertados por el estruendo , habían avisado al 091, sospechando lo que estaba ocurriendo en alguno de los bajos del edificio.

Cuando acudió hasta el lugar una patrulla de la Policía Nacional ya habían abandonado el establecimiento, dejando sus huellas delatoras tras de sí. Pero estaban muy cerca. Su conducción temeraria les delató . Los funcionarios emprendieron una corta persecución policial que acabó enseguida. Los cacos se estamparon contra varios elementos del mobiliario urbano, por lo que se bajaron del turismo y se dirigieron corriendo a la boca de metro más cercana, situada en la avenida de Guadalajara.

Hasta ella fueron los agentes, recogiendo los guantes y los pasamontañas que usaron y que habían arrojado en los pasillos del andén y en las papeleras. En el coche hallaron el botín: los once jamones, valorados en 200 euros cada uno y otros 200 euros en metálico. Acabaron en comisaría a la espera de pasar a disposición judicial.