Revolución en el Metro de Madrid: tarjeta en el móvil, tornos «contactless» y trenes sin conductor

Hay hasta un departamento específico dedicado a pensar ese futuro: se llama Estación 4.0 , y en él se dibuja cómo van a ser los vestíbulos, pasillos y andenes por los que transitan cada día más de dos millones de viajeros. Este departamento cuenta con un presupuesto anual por encima de los dos millones de euros y se dedica básicamente a diseñar la puesta al día de estaciones y vestíbulos que han quedado en general tecnológicamente obsoletos y que tienen como media una antigüedad de 24 años.

El presidente de Metro, Ángel Garrido –consejero también de Transportes e Infraestructuras–, tiene una idea bastante fundada de cómo será ese futuro: «No es fácil saber qué pasará en 100 años, es casi ciencia-ficción; pero para los próximos diez sí se pueden adelantar cosas». Todas ellas, dice, «encaminadas a mejorar la experiencia del usuario».

Por ejemplo, que los títulos de transporte pasarán a la historia, tal y como hoy los conocemos: «Se podrán recargar desde el móvil y de una forma muy inmediata, que se convertirá el propio título de transporte». Será posible (y Garrido cree que muy útil) que haya aplicaciones que permitan saber cuál es la mejor combinación de transporte público en un momento determinado para cada desplazamiento.

Los andenes y pasillos de Metro estarán llenos de pantallas con información: no sólo de incidencias en el servicio, tiempos de espera o próximos trenes en llegar, sino también explicando «qué otras cosas pasan en el Metro: hay teatro, literatura, música...».

Podría haber incluso conducción automatizada: «Si, quizá en alguna línea o tramo, habrá vehículos sin conductor», afirma el presidente de Metro, y lo explica: «Igual que lo habrá fuera de la compañía, Metro también va a estar en esto;habrá pruebas piloto en algunos tramos; no nos podemos cerrar a este tipo de avances».

Aunque el panorama futuro pinte muy atractivo, lo cierto es que a día de hoy las protestas de usuarios por las malas frecuencias que soportan son habituales. Garrido reconoce que, en estas quejas, «parte es real e indiscituble: ha habido un deterioro de las frecuencias». Pese a lo cual, insiste en que Metro sigue siendo «uno de los mejores del mundo e incluso en las frecuencias, está en un puesto bastante mejor que París, Londres y Nueva York ». Yen accesibilidad, asegura, «Madrid tiene más ascensores que los de esas tres ciudades juntas».

En todo caso, promete que se han cambiado desde el 1 de octubre las tablas de frecuencias y que éstas ahora son mejores: «Se han incrementado un 20 por ciento este mes, y hay líneas como la 1 y la 6 que están ya en unos 3 minutos entre tren y tren, en ese entorno».

En la cara futura del Metro, la que posiblemente veamos en no más de diez años, se dibujan otras cosas: habrá pantallas táctiles que permitirán interactuar para resolver dudas o dar avisos. Habrá sistemas de megafonía más inteligentes y cámaras con visión térmica, nocturna y natural, que servirán para detectar objetos perdidos, o capaces de monitorizar el nivel de ocupación de los andenes o de los vagones.

El primer cambio lo encontrarán los usuarios en los tornos de entrada: estarán fabricados con materiales antivandálicos , y se podrán atravesar sólo con llevar el título cargado en el móvil, permitiendo el paso o cortándolo mediante un código de colores: rojo, amarillo y verde, como los semáforos.

En los centros de tracción, además, existirán unas celdas reversibles que son equipos de recuperación de energía, para conseguir un Metro más sostenible.

Otras novedades estarán relacionadas con la propia «salud» de los trenes: se instalarán arcos tecnológicos que permitirán revisar el estado de los motores y resto de piezas, haciendo algo así como un «escáner» a los convoyes.

Es probable que se extiendan novedades que ya son visibles, en modo pruebas, en algunas zonas de la extensa red del Metro. Entre ellas, la publicidad animada de la que ya se disfruta en el interior del túnel de la línea 8, entre las estaciones de Colombia y Nuevos Ministerios. Una auténtica experiencia cuando se ve por primera vez.

También hay intención de extender la instalación de cargadores de móvil gratuitos , de los que ya se puede disfrutar en algunas estaciones e incluso en el interior de los vagones de determinadas líneas, como la 6. Son aparatos de carga rápida, que aprovechan la energía de frenada de los trenes.

Además, las columnas que pueblan las nuevas estaciones, más amplias en sus espacios, serán utilizadas para realizar vídeo-mapping con publicidades o con información sobre el propio servicio de Metro.

En los andenes, además, está prevista la posibilidad de instalar mamparas de cristal que separen de las vías, especialmente en las estaciones donde funcionen trenes sin conductor, explica el presidente de Metro. Serán en sí mismas pantallas inteligentes, que permitirán el paso con el tren detenido y sobre los que se emitirán proyecciones en los tiempos de espera.

Los interfonos de las estaciones dispondrán con interfonos con lazo inductivo, especialmente diseñados para l as personas con problemas de audición. Y habrá tótems informativos que integrarán todas las informaciones útiles para el viajero.

Para los trabajadores , se piensa en móviles que permitan incorporar las imágenes que tomen al circuito de televisión del suburbano.

Y, controlando todo esto, se quiere dotar a Metro de un nuevo Centro de Procesamiento de datos y un Centro de Control de Operación de Red , que sustituirá al actual Centro de Control, y donde se incorporará toda la información sobre Metro que generen tanto los clientes, las propias instalaciones y las que se produzcan en las operaciones.

Y, mientras llega este futuro, la compañía se enfrenta a un día a día cargado de dificultades. Se están incorporando en la actualidad los últimos de entre los cien nuevos maquinistas, cifra que los sindicatos ya consideran insuficiente.

Y también está ya iniciado el proceso para comprar 60 nuevos trenes, una inversón de 700 millones de euros que aún tardará en materializarse, dado que, como explica Ángel Garrido, «esto no es como ir al supermercado; son compras largas y laboriosas». De hecho, el presidente de Metro cree que hay que ponerse ya a pensar «en los que hay que comprar después».

Los nuevos responsables de Metro quieren redactar un plan de acción bien pensado para planificar los siguientes años de trabajo.

Y, a corto plazo, mantienen vivo el plan de desamiantado , uno de los problemas más serios que se ha planteado en los últimos años. En este sentido, Garrido recuerda que el asunto está judicializado y «desde la compañía vamos a colaborar con la Justicia». Esta misma semana fueron imputados siete responsables de Seguridad Laboral por este motivo. La empresa ha decidido apartar a tres de ellos , los que aún estaban en activo en esas funciones, porque «con total respeto a su presunción de inocencia, no podían continuar en esa responsabilidad», explica el político de Ciudadanos.

El plan de desamiantado sigue adelante y Ángel Garrido se ofrece a los sindicatos a «sentarse de nuevo con ellos y ver si se puede mejorar: «Creo que puede ser mejorable».