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Fin al misterio del joven perdido en Torrejón: Marcello Volpe era Vladislav Utikal

Tras el reconocimiento fallido del italiano, la Policía cree que el individuo localizado en Torrejón es un checo desaparecido hace seis meses

El joven de Torrejón, el día de su localización; a la derecha: Vladislav, de origen checo, desaparecido en enero ABC
Aitor Santos Moya

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Cuatro días después de que las pruebas de ADN descartaran que el joven desaparecido en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz sea Marcello Volpe , un italiano de 26 años desaparecido en 2011, la Policía Nacional ya maneja un nuevo nombre que podría poner fin al misterio de su identificación. Según ha podido saber ABC , los agentes trabajan sobre una pista, muy fiable, y estarían a la espera del correspondiente reconocimiento. Eso sí, tras el fallido anuncio lanzado el viernes, los investigadores han extremado las precauciones para llevar el caso con la máxima cautela. «Aún se están realizando indagaciones», señalaban ayer fuentes policiales a este periódico, sin entrar en ningún tipo de detalle.

No obstante, a falta de confirmación oficial, las pesquisas apuntan a que el chico localizado es en realidad Vladislav Utikal , de 30 años -cuatro mayor que Marcello- y natural de la República Checa. En paradero desconocido desde el pasado 18 de enero, su rastro se perdió en Nápoles, ciudad que ya habría visitado anteriormente y que explicaría el hecho de que entendiera el idioma transalpino . Además de su incuestionable parecido físico -pelo castaño claro, ojos marrones y rasgos faciales similares-, su estatura (1,88 metros) es la misma en ambos perfiles, una singularidad que fallaba en el caso del italiano (1,75 metros).

Para más inri, las primeras informaciones que apuntaban a que el chico encontrado padecía algún tipo de discapacidad, autismo concretamente -la misma enfermedad de Marcello-, no son ciertas. Tan solo se trataba de una fuerte amnesia, motivo principal de su falta de comunicación. Es precisamente en esa falta de comunicación («solo se comunicaba por gestos y pequeñas frases incoherentes», explicaron al día siguiente de su aparición fuentes policiales), donde los investigadores hallaron un hecho clave . El joven no paraba de repetir dos palabras que, según parece, puestas en concordancia con la vida de Vladislav, aumentan sobremanera la posibilidad de que ambas personas sean la misma.

Identificación fallida

El enigma de Marcello Volpe saltó a la escena pública el pasado viernes cuando la Policía Nacional difundió la noticia de que un hombre, hallado en Torrejón de Ardoz , era un italiano desaparecido en Palermo el 12 de julio de 2011. Un día antes, una patrulla había localizado al joven, descalzo y con apariencia desaliñada, en la avenida de la Unión de Europa. Ante la imposibilidad de indentificarle -carecía de documentación alguna- decidieron trasladarle hasta la comisaría de la localidad para que recibiera atención médica y tratar de averiguar su identidad. Allí, se le tomaron una serie de fotografías para su posterior difusión mediante la División de Cooperación Internacional y otras asociaciones especializadas como SOS Desaparecidos.

Los cotejos cobraron forma a través de la propia SOS Desaparecidos que, por medio de estrechos lazos con varias organizaciones internacionales, puso a los investigadores sobre la pista de Marcello. La Policía envió entonces las imagenes actuales a su madre, quien desde Italia, creyó reconocer a su hijo casi seis años después. Una cicatriz en la mano derecha de Marcello fue el principal activo de ese primer reconocimiento positivo.

Marcello Volpe, de 26 años, cuyo rastro sigue perdido

Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron el propio viernes por la tarde, fecha en que la madre de Marcello, Laura Zarcone , voló desde Palermo hasta Madrid para un reconocimiento en persona con el joven. Nada más verlo, tuvo claro que no era su hijo. «Atención, sé que se ha difundido la noticia de que Marcello ha sido encontrado. Vine a Madrid para ver en persona a un chico muy parecido, pero no es él», escribió en una nota.

A pesar del mensaje, la Policía tomó pruebas de ADN a los dos para disipar cualquier duda. El sábado por la mañana, los resultados daban negativo . Zarcone regresó a Italia y el misterioso caso regresó al punto de partida. Hasta que apareció la imagen de Vladislav, un hombre que, cerca de seis meses después, podría al fin reencontrarse con su familia.

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