Recta final de la candidatura Prado-Retiro: Madrid despliega sus armas diplomáticas ante la Unesco para convencer a indecisos

La pandemia ha obligado a aplazar un año el Comité Ejecutivo , que se ha atrasado hasta el 16 de julio y, por primera vez, se celebrará de forma telemática, en vez de en la ciudad china de Fuzhou, como estaba previsto. Para paliar la falta de corrillos y encuentros informales que sirven para afianzar las posiciones, según ha podido saber ABC, el Ayuntamiento de Madrid y los Ministerios de Cultura y Exteriores han trazado ya una estrategia conjunta, con un calendario de reuniones y visitas estratégicas con embajadores de los 21 países implicados en la votación para convencer a los indecisos.

En los próximos días se publicará el informe de Icomos, la ONG colaboradora que emite unas conclusiones durante las seis semanas previas a la cumbre en la que se examinan todas las propuestas. Sus valoraciones son preceptivas, pero no vinculantes. La decisión final la tomarán los delegados de los 21 estados que forman parte del Comité Ejecutivo, entre los que figura España y cuyo representante tratará de remar a favor de la que es una de las pocas oportunidades que le quedan a la capital para lograr este distinguido reconocimiento.

Desde que Icomos haga público su informe final, Madrid activará todas sus herramientas diplomáticas para refutar punto por punto cada cuestión. Así, está prevista la visita del embajador de España ante la Unesco , Andrés Perelló, el próximo 7 de junio para que conozca sobre el terreno los detalles de la candidatura.

«En la cumbre se reunían unas 1.300 personas, era muy importante convencer en los pasillos», reconoce a ABC el director general de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, Luis Lafuente. Por eso, subraya, ahora el objetivo es que cale el mensaje en el que se «rebaten las dudas del informe con todos los argumentos que constan en la documentación». Perelló será la voz de la candidatura ante sus veinte homólogos. También, si las restricciones por Covid lo permiten, está previsto un viaje a la sede de la Unesco en París para que un equipo técnico de la candidatura intercambie información con varias delegaciones estratégicas.

El gran hándicap de Madrid es convencer al panel de expertos de la excepcionalidad del paseo del Prado y el Buen Retiro. En el año 2000, con más de un millar de bienes inscritos en la lista, la Unesco optó por revisar sus estrategias para enfocar sus esfuerzos en proteger espacios más olvidados o menos representados, como la arquitectura industrial o deportiva. Por ello, ante la cantidad de paisajes culturales propuestos en los últimos años, la capital debe demostrar la singularidad universal de su propuesta.

El Ayuntamiento defiende que se trata de un paseo arbolado en cuyo entorno se sitúan las grandes instituciones culturales, científicas, políticas, económicas y representativas de la sociedad madrileña y del Estado. Muy próximo a él está el antiguo parque real, cuyo conjunto se remonta a mediados del XVI , cuando por primera vez se pensó en un espacio verde para el disfrute de los ciudadanos, sin distinción de clases. «Ejemplifica también la ciudad que se defiende ahora tras la pandemia, en la que se vuelve al modelo de los bulevares», sostiene Lafuente, que ve en las lecciones aprendidas durante el confinamiento otro punto fuerte de la candidatura.

Uno de los aspectos que se prevé que cuestionen los miembros de Icomos es la relación entre el paseo del Prado y el Retiro. «El parque surge años después del paseo del Prado, pero conviven durante siglos. Es, además un modelo que se exporta a América y es prototípico de la Ilustración española, pensado para que la gente disfrute y pasee al tiempo que aprende», defiende Lafuente, quien ya ha visto cómo, aunque haya dictámenes desfavorables previos, España pudo dar la vuelta al resultado con trabajo y tesón. Y el Covid tampoco será esta vez un obstáculo para pelear cada voto hasta el 25 de julio.