La Real Fábrica de Tapices: 300 años moviendo los hilos de la historia
Jóvenes artesanos y restauradores mantienen vivo el oficio con las mismas técnicas que en 1721
Marta R. Domingo y David Conde (Vídeo)
Las manos de Paula Navas intervienen en un viejo tapiz con la precisión matemática y el respeto de quien sabe que tiene ante sí una pieza única, cuya antigüedad cuadruplica la edad de su restauradora. «Me puedo pasar horas seguidas repasando cada centímetro, me encanta», ... asegura sin perder ojo a su telar. Ella es una de las nuevas generaciones que se ha formado y ha aprendido el oficio artesano que se ejerce en la Real Fábrica de Tapices de Madrid -calle de Fueterrabía, 2- desde hace ya tres siglos de manera ininterrumpida. Felipe V fundó en 1721 esta institución que ha tejido con hilos de seda, oro y plata la historia de España . Cada pieza que sale de la que es la manufactura más antigua del país, en la que Francisco de Goya trabajó desde 1775, se realiza con los mismos instrumentos que antaño. Una ardua labor que conocieron ayer los Reyes durante una visita al taller por la celebración de su tercer centenario.
[Vea la fotogalería sobre el proceso de creación y restauración]
En estos tres siglos, la Real Fábrica de Tapices ha superado mil avatares sin tener que parar su producción, pero en 1996, una deuda de 700 millones de pesetas puso en entredicho su existencia. Tras nueve generaciones bajo la tutela de la familia Stuyck, descendientes directos de los Vandergoten , se desvincularon de ella y las administraciones públicas tuvieron que crear una Fundación para salvarla.
Más encargos en el año Covid
Pese al apoyo, años después recibe otro duro golpe. La resaca de la crisis financiera en 2015 casi lleva a la quiebra a la Real Fábrica de Tapices por la falta de encargos. En 2016, como revulsivo y para encontrar nuevas fuentes de ingresos, se destina una de las naves al ‘coworking’ y otras salas con menos uso a la celebración de eventos.
En 2015, en plena crisis, la institución fundada por Felipe V casi quiebra. Pese al Covid-19, en 2020 batieron récord de beneficios con encargos internacionales
Superado aquel envés a base de esfuerzo, el Covid-19 ha cambiado sus rutinas de trabajo -ahora se reparten en tres turnos y con mayor distancia-, pero lejos de ser un obstáculo insalvable, la Real Fábrica de Tapices cerró 2020 con récord histórico de beneficios . Esto es gracias, en gran parte, a los encargos internacionales. «También hemos tenido mucha facturación porque particulares e instituciones nos han mandado sus alfombras para limpiarlas y ponerlas a punto por el virus», cuenta a ABC el director general de la institución, Alejandro Klecker.
El edificio neomudéjar erigido sobre el olivar de Atocha -declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2006- se levantó exprofeso para albergar esta fábrica. La pérdida de los territorios de Flandes con la firma del tratado de Utrech empujó a Felipe V a crear un espacio donde poder fabricar y mantener los tapices de la colección de la Corona. Desde entonces, apenas ha variado esta artesanía, sino que más bien se ha perfeccionado.
«Mantenemos el oficio artesanal exactamente igual que hace 2.000 años, porque el alto de lizo, que es como se llaman a estos telares, es una técnica milenaria que aún conservamos», explica Klecker, mientras señala la maquinaria fabricada con madera de pino de Valsaín . «Un tapiz lleva unos 65 hilos de urdimbre -la base por donde después se teje la trama de colores- y los que estamos haciendo ahora llevan 110. Son de una calidad más alta, que aquí no se habían hecho en 300 años», subraya el director general.
Diez meses por cada metro
El trabajo es tan minucioso que cada metro cuadrado de tapiz supone casi diez meses de dedicación exclusiva. En uno de los telares, provista de mascarilla y separada más de lo habitual de sus dos compañeras, Marta Soria calca con grafito los 360 grados de cada hilo. Esta será la guía sobre la que se trabajará después para rellenar con las canillas de cada color. El tejedor trabaja siempre por el reverso de la pieza y sigue en sentido inverso la copia en papel cristal del cartón, que es el diseño hecho en acuarela o, en la actualidad, en fotografía. «Entre montarlo y empezar a dibujarlo, llevamos solo quince días. Nos llevará un año terminarlo», asegura.
Frente a ellas, en la sala del primer Obrador, Sofía trabaja en una alfombra elaborada con el nudo español. Basta dar la vuelta a la pieza para notar la diferencia con el turco. El autóctono, que solo se aprende ya en la Real Fábrica de Tapices, se anuda sobre una única urdimbre, por lo que apenas se diferencia la trama base. « En un metro cuadrado de alfombra de nudo turco tardamos ocho días; de nudo español, quince días », explica, como ejemplo de la complejidad que implica esta fórmula. Su singularidad es tal que el Ministerio de Cultura ha impulsado su candidatura como manifestación del Patrimonio Cultural Inmaterial ante la Unesco .
Casi todos los pintores de la Corte han hecho diseños para sus tapices, como Goya o Coello. También artistas contemporáneos como Juan Gris o Vaquero Turcios
«Para ser un buen maestro tapicero de primera hay que saber dibujar las caras y las manos, es un oficio complicado para el que no todo el mundo vale», sostiene Klecker. Tanto es así, que entre la lista de maestros se encuentran casi todos los pintores de la Corte real como Goya o Claudio Coello . También han plasmado en los cartones sus diseños más modernos Juan Gris o Joaquín Vaquero Turcios.
Las madejas de lana y seda de vistosos colores se apilan, ordenadas por tonalidades, en la planta de arriba, donde pueden llegar a albergar hasta 27.000 kilos . Todos los tintes sintéticos utilizados para su elaboración siempre se llevan a una empresa de reciclaje especializada, para poder ser reutilizados en otras ocasiones.
A la nave de restauración se llega tras atravesar los jardines de la Fábrica, donde aflora una colección de plantas tintóreas, como el lino, la base de este arte. En este área se trabaja en el encargo del Palacio Real de Dresde , que fue bombardeado en la Segunda Guerra Mundial y que está siendo reconstruido tras ganar el concurso internacional convocado por el Land de Sajonia. También se recupera del ataque de las polillas los uniformes históricos de niños alabarderos de la Guardia Real y un escudo de España de Presidencia del Gobierno . Hace apenas unas semanas se concluyó la recuperación del repostero del palco municipal de la plaza de Las Ventas.
Antes de cada intervención se toma una muestra de los hilos para comprobar su comportamiento en el lavado con agua sin cloro, por si destiñe o se destruye dado su deterioro. Almudena López es la alquimista encargada de dar con la fórmula química que case con exactitud con el color original. Ella, como el 70% de la plantilla, son menores de 35 años. Futuro asegurado para seguir moviendo los hilos de la historia de España.
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