El Rastro no reabrirá el domingo al no haber acuerdo con los vendedores
El Consistorio propone una desescalada rotatoria y limitada de puestos en fases que los comerciantes no aceptan
Desde que Fernando II promulgase un edicto en 1599 para expulsar los mercadillos a las afueras de la ciudad, El Rastro ha proliferado sin impedimentos en los alrededores de la cuesta de la Ribera de los Curtidores. Solo la pandemia detuvo el trajín en ... este entramado de calles, ahora en pleno corazón de Madrid, que recorrían cada domingo hasta un millón de visitantes. Un lugar plagado de tesoros que ansían ser tocados y recovecos que invitan a hacinarse. Un espacio, también, peligroso en los tiempos que corren , con un temido rebrote al acecho.
Aunque El Rastro preveía regresar mañana, la reapertura se ha pospuesto mientras las negociaciones entre el Ayuntamiento de Madrid y las distintas asociaciones implicadas no lleguen a buen puerto. Tras cuatro reuniones entre las partes y una primera propuesta que no convenció, la Junta de Distrito de Centro presentó este miércoles, en el quinto encuentro, un segundo plan para poner en marcha el mercadillo centenario. Un día después, la asociación El Rastro Punto Es , que aúna a alrededor de 600 vendedores ambulantes, la rechazó por ser «esencialmente la misma propuesta» que la anterior.
La reapertura ya se antojaba complicada desde un principio. La semana pasada, los comerciantes descartaron la opción inicial de la junta municipal, que constaba de una primera fase en la que se reincorporarían 145 puestos, apenas un 12 por ciento de los comercios que disponen de licencia, según criticaron entonces desde El Rastro Punto Es, convocante de la manifestación del pasado domingo. Decenas de comerciantes se echaron a las calles para protestar por lo que, desde su punto de vista, supondría la «ruina» para el mercadillo y conllevaría su «desaparición».
A tres bandas
No obstante, las voces que gritaron el pasado fin de semana pertenecen, sobre todo, a los vendedores ambulantes , uno de los tres grupos que conforman el complejo tejido de El Rastro, junto a los comerciantes con establecimientos físicos y el vecindario. «Tenemos una población más envejecida , queremos todas las garantías», explica el presidente de la asociación vecinal, Jesús González, que ve «complicado» que se cumplan las medidas de seguridad en las callejuelas del mercadillo y apuesta por una «apertura paulatina». «Preferimos que ahora prime la salud , para que luego prime la economía», zanja.
«Si los políticos se han puesto de acuerdo, parece mentira que cuatro asociaciones no podamos hacerlo»: Manolo González, presidente de Nuevo Rastro Madrid
Los comerciantes, por su parte, piden que se amplíe la distribución de los puestos. La segunda propuesta del Consistorio plantea la vuelta de alrededor de 350 puestos , repartidos entre las calles de la Ribera de Curtidores y Gasómetro y las plazas del General Vara del Rey y Campillo del Mundo Nuevo, que se transformarán en vías de circulación de un solo sentido. Los puestos abrirían cada domingo de forma rotatoria para un aforo calculado de 3.500 personas .
No obstante, los vendedores ambulantes mantienen sus exigencias: piden la vuelta del 50 por ciento de los puestos un domingo y, al siguiente, la otra mitad, en sus ubicaciones habituales. Mientras, los comerciantes fijos prefieren ser más cautelosos. « No nos podemos permitir que haya un rebrote en El Rastro, porque es imposible hacer un seguimiento», declara el presidente de la Asociación de Comerciantes Nuevo Rastro Madrid , Manolo González.
Con las negociaciones aún por zanjar, desde el Ayuntamiento ya temían esta semana que mañana no sería la fecha de vuelta de El Rastro. Pese a ello, insisten en que siguen «trabajando para que la apertura pueda ser lo antes posible ».
Situación crítica
Mientras tanto, el tiempo apremia. «Lo que hacemos es intentar que todo el mundo tenga su puesto de trabajo y puedan llevar el pan a sus familias», esgrime el presidente de la Plataforma de Vendedores de El Rastro , Luis Yerno, que representa a alrededor de 900 comerciantes de venta ambulante y también apuesta porque se permita regresar a la mitad. « Las personas que dependen del mercadillo no tienen otros ingresos y no han tenido ninguna compensación de las administraciones», añade Yerno.
«Llevamos cuatro meses sin ingresos. Pedimos un mínimo para una apertura digna»: Mayka Torralbo, portavoz de El Rastro Punto Es
El panorama para aquellos que han mantenido alquileres desorbitados durante el confinamiento también es desolador. « Se van a quedar en el camino el 20 por ciento , porque muchos ya estaban tocados de muerte, con Madrid Central...», asegura el representante de los comerciantes de Nuevo Rastro, González. La pandemia ha azotado al mercadillo en un momento agónico y acelerará el cierre que ya asolaba a vetustos locales; los últimos, la Papelería Salazar, abierta desde 1905, y Casa Vega, fundada en 1860.