Proyectos para un Madrid en crisis

La bonanza económica de los años anteriores dio mucho de sí: desde proyectos urbanísticos a otros de temática deportiva, o de carácter medioambiental, o de desarrollo de espacios de negocio. Con una particularidad: todos proponían inversiones multimillonarias —más de 35.000 millones de euros, sumándolas todas—, y prometían generar decenas de miles de puestos de trabajo. En algunos casos, se han dado ya algunos pasos para su realización; pero en otros, el proyecto aún no ha pasado de los planos, por circunstancias muy diferentes.

Por ejemplo, la Villa Olímpica no se ha hecho aún, ni se hará mientras Madrid no sea elegida ciudad organizadora de unos Juegos. Pero el proyecto existe: se sitúa en la Centralidad del Este, frente al Estadio Olímpico, y dibuja viviendas para 17.000 atletas olímpicos, además de una policlínica, un centro de seguridad, aparcamientos, zonas verdes, comedores y hoteles. Los arquitectos Fernando Pino y Manuel García Paredes ganaron el concurso para realizarlo, y se planteaba levantarlo sobre 150.000 metros cuadrados de superficie.

Claro que esto no es nada comparado con el desarrollo urbanístico de Valdecarros , un nuevo barrio que será del tamaño de Albacete . La mayor operación urbanística de España —como se definió en 2009, el año de su presentación—, capaz de albergar a 150.000 personas, y que supondría invertir más de 1.500 millones de euros y proporcionar empleo, en sus áreas industrial y de actividad económica, para 100.000 personas.

El proyecto está aprobado por el Ayuntamiento madrileño, y está previsto que se desarrolle durante los próximos años, para comenzar la construcción de viviendas no antes de 2016. Si la situación económica lo permite, claro.

Hace poco más de un año, el Gobierno de la Comunidad autónoma ultimaba el proyecto para construir el nuevo aeropuerto del Sureste, entre los municipios de El Álamo y Navalcarnero. Un aeródromo que planeaba al lado un circuito de velocidad, viviendas, hoteles y hasta un campo de golf. Pero vino la crisis y detuvo la iniciativa. Y ahí sigue, con el proyecto listo pero a la espera de liquidez.

Un caso distinto es el del «mini Las Vegas», que pretende abrir un complejo hotelero y de juego en algún lugar de la Comunidad de Madrid. O de otra región, dado que sus promotores, la compañía Las Vegas Sands que dirige Sheldon Aldelson , están estudiando la ubicación definitiva de este megaproyecto que supondría entre 10.000 y 15.000 millones de euros de inversión, como explicaba ABC en febrero de 2011.

En algunas ocasiones, son diseños de grandes arquitectos los que, con su prestigio, «tiran» de las iniciativas. Es el caso de San Sebastián de los Reyes, donde la colaboración de Richard Rogers con Luis Vidal y el estudio Ezquiaga han proyectado la urbanización del Parque de la Marina, un encargo que cambiará la fisonomía del municipio. Cuando se haga: el plan, sobre 367.000 metros cuadrados, incluye la nueva sede del Ayuntamiento, un pabellón multiusos cubiertos, un nuevo recinto ferial, o un anfiteatro al aire libre, entre otros equipamientos.

El complejo Pegaso City es otra de las grandes ideas para una región en crisis. El grupo inversor European Property Development Group está promoviendo esta primera ciudad empresarial de España, sobre 40 hectáreas de terreno en la antigua fábrica de Iveco-Pegaso, en la A-2. El proyecto se ha desarrollado en su primera fase, pero aún le queda mucho recorrido para ser completado.

En otros casos, la iniciativa a desarrollar es de carácter educativo: el desembarco en Madrid de la Universidad de California, que planea abrir un campus en San Martín de la Vega . Se abriría en 2014, decían en su presentación, y tendría capacidad para 19.000 alumnos y 950 profesores. Una iniciativa que enriquecería la región madrileña con la implantación de esta institución educativa, con 150 años de vida, y cuya materialización no es ajena a la evolución de la economía en España.

Pinto, con el apoyo de su entonces alcalde, Antonio Fernández (PSOE) planteó el proyecto del «Espacio del motor»: corría el año 2004 cuando se presentó, con la idea de construir circuito de motos y de Fórmula 1, un parque temático del automóvil, hoteles con vistas a la pista, 7.500 viviendas y un área comercial.

La polémica respecto al mismo le costó la Alcaldía al PP —Miriam Rabaneda, alcaldesa popular, perdió una moción de censura, según afirmó, por oponerse a ese plan—. El caso es que esta iniciativa, con una inversión de más de 1.200 millones de euros, quedó en barbecho.

Estremera también ha contado con su particular macroproyecto: la promesa de una inversión de 2.500 millones de euros y la creación de 7.000 puestos de trabajo. Toda una bicoca para esta zona de la región, gracias a la puesta en marcha de un complejo industrial financiado por empresarios chinos.

El alcalde de la localidad viajó hasta China en 2007 para cerrar el asunto, y los inversores orientales llegaron a firmar ante notario una opción de compra por las tierras. Pero, de momento, no se ha pasado de ahí. El centro financiero y comercial incluía además hoteles, restaurantes, palacio de congresos, exposiciones... todo sobre 250 hectáreas de terreno, para levantar la Ciudad Económica China, puerta de entrada de las empresas chinas en Europa . Y muy cercana al futuro aeropuerto de Campo Real. El proyecto, aseguran en el Ayuntamiento, «está maduro», y se está a la espera del desembarco amarillo.

Pero si hablamos de operaciones con solera, ahí está la de prolongación de la Castellana. La «Operación Chamartín» , cuyos trámites administrativos finalizaron —tras 15 años de despacho en despacho— el año 2010, y desde ahí estaba lista para arrancar con todo su poderío: una nueva «city» donde trabajarán 140.000 personas, nuevas estaciones de Metro, 11.000 millones de euros de inversión, 17.000 viviendas, 1,2 millones de metros cuadrados de oficinas, 165.000 metros cuadrados de zona comercial... Una operación de la ciudad que el alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, comparó con proyectos como «La Défense y Austerlitz, en París, Boradgate y Canary Wharf en Londres, o la transformación de zonas centrales de Berlín».

En diciembre de 2008 se firmó el acuerdo entre las tres administraciones implicadas, para dar arranque a esta operación que, en pleno inicio de la crisis, serviría como revulsivo y como estímulo económico. Naturalmente, también en este caso la crisis truncó y retrasó planes.

Como ha ocurrido con el Centro Internacional de Congresos que se construye bajo las Cuatro Torres. O, mejor dicho, que se construía: el Ayuntamiento preveía una inversión de 383 millones de euros en esta infraestructura, un semicírculo de 120 metros de altura, «el sol de Madrid», que «generará mucho trabajo». Pero en mayo de 2010, Ruiz-Gallardón anunció que los trabajos se paralizaban y aplazaban «mientras la situación económica lo haga aconsejable».