Una de las prostitutas fue obligada a «trabajar» embarazada de siete meses
Ahora es un testigo protegido y vive bajo la garantía de la custodia policía, antes bajo la tiranía de uno de los proxenetas rumanos asociados con la red corrupta del «Bloque». Su pesadilla se llamaba
Ahora es un testigo protegido y vive bajo la garantía de la custodia policía, antes bajo la tiranía de uno de los proxenetas rumanos asociados con la red corrupta del «Bloque». Su pesadilla se llamaba Francisc.
Según consta en el sumario fue él, Francisc, quien ... la convenció para venir a España a ejercer la prostitución. El trato era que cada uno se quedaría con la mitad de las ganancias, pero no tardaron en aparecer los abusos, algunos tan crueles como obligarla a prostituirse incluso cuando faltaba apenas mes y medio para que diera a luz al hijo que esperaba. También le arrebataba por la fuerza todo lo que ganaba, dejándole sin apenas dinero con el que subsistir.
Según consta en la denuncia presentada por esta mujer, el hecho de que estuviera embarazada despertó la cólera de quien empezó siendo su socio y acabó convirtiéndose en su dueño. En cuanto supo que estaba embarazada quiso obligarla a abortar, e incluso la llevó a un médico, que, para disgusto de Francisc, desaconsejó tan drástica intervención.
Como solución para paliar las pérdidas económicas que el estado de su sometida pudiera ocasionarle, Francisc le impuso un «horario laboral» intempestivo: de nueve a seis de la mañana. De este modo, pensaba, la clientela no se percataría de que estaba embarazada. Pero aún así, los ingresos obtenidos con el trabajo de la meretriz empezaron a descender, lo que sacaba a su «chulo» de sus casillas. Tanto que en ocasiones la amenazó con sus potentes puños. Francisc fue boxeador en el pasado.
Después de dar a luz tampoco atenuó la explotación de esta mujer. Tuvo un parto complicado que le ocasionó persistentes molestias y aconsejaba descanso. Sólo consiguió de Francisc un día de libranza a la semana, el domingo, y bajo la condición de haber obtenido al menos trescientos euros el día anterior.
Sin diente
Otras empleadas de Francisc también padecieron sus draconianas exigencias. Una de las chicas comunicó al patrón que sufría dolores en un diente. La respuesta de este fue tajante: «No irás al dentista, mientras tengas la regla». Acabó cayéndosele el diente.
La conversación fue grabada por los investigadores de la Policía Nacional y dejan bien patente el trato intimidatorio que el proxeneta rumano dispensaba a las prostitutas: «¡No me pongas nervioso!, ¡Vas el martes cuando yo te diga, que hasta el martes no te vas a morir!». Francisc dejaba claras las jerarquías: «¡Irás al médico cuando yo te diga, no cuando digas tú!, ¿te queda claro?», gritaba por teléfono a una de las prostitutas.
En ocasiones también animaba a las chicas a no relajarse y seguir obteniendo el máximo dinero posible. Eso sí, dejando siempre claro que todo lo recaudado debía acabar llegando a sus manos.
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