Prisión comunicada y sin fianza para el hombre que mató de ocho tiros a otro en San Blas

El juzgado se ha inhibido a favor del número 13, el órgano judicial encargado del procedimiento, y la calificación de los hechos puede variar conforme avance la investigación , han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

Antonio Vargas, ejecutor del tiroteo, presionó hasta en ocho ocasiones el gatillo de su arma para acabar con la vida de Joaquín Jiménez Silva , un pastor evangélico de 46 años y miembro del clan de los Extremeños que había acudido a la vivienda de sus familiares para reclamar los 12.000 euros de una dote de un matrimonio fallido .

El papel de mediador entre clanes supuso el fin para Jiménez Silva. El lunes, 48 horas antes del tiroteo, acudió a una cita con los Vargas, de quien era primo lejano, para pedir que devolvieran a los padres de una mujer que se quería divorciar por malos tratos el dinero que habían dado a la familia del marido antes del casamiento. Deseaban recuperar la 'inversión' y, si no, denunciarían al hombre, tal y como informó este diario. Para ello pidieron a Jiménez Silva, el pastor de su comunidad, que mediara.

Pero los Vargas, clan al que pertenece el novio, se negaron y el encuentro terminó en una gran discusión , con amenazas de muerte incluidas. Solo dos días después, se consumaron. A las tres de la tarde del miércoles, cuando Jiménez Silva regresaba a su domicilio, en San Blas, otro coche lo embistió frontolateralmente en la plaza de Alsacia. Debido al golpe, quedó totalmente paralizado en el interior de su vehículo.

Instantes después, hasta el punto del accidente llegó otro turismo en el que viajaba Antonio Vargas como copiloto. Él es uno de los tíos del joven del que se querían separarar. Disparó hasta en ocho ocasiones contra la luna del coche de la víctima , causando al menos cinco heridas de bala en la cabeza de Joaquín, que murió poco después debido a las graves lesiones. Los otros casquillos impactaron contra el cristal de la boca de Metro de Alsacia, sin causar heridos, o no dieron en el blanco.

Los dos coches de los atacantes huyeron rápidamente de la emboscada que habían perpetrado y Antonio Vargas decidió escapar rumbo a Andalucía . En la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla se entregó horas después, asumiendo los hechos.