Los Planetas: «El 'indie' anglosajón murió con Kurt Cobain»

Cuando vieron que 'Las canciones del agua' se convertía en el primer número uno de Los Planetas después de casi treinta años de carrera, ¿dijeron «¡por fin!» o se quedaron estupefactos?

Bueno, en realidad el anterior disco de Los Planetas llegó al número dos, y el disco que sacamos con el proyecto colaborativo Fuerza Nueva también, así que más o menos podíamos esperarlo. La noticia realmente potente es que hemos conseguido el número uno sacando el disco nosotros, y no con una gran multinacional como habíamos hecho con los anteriores.

El disco es un paso más en el camino de vuelta a las raíces, al folclore, iniciado con 'La leyenda del espacio' en 2007.

Sí, en 'La leyenda del espacio' empezamos a escarbar en el flamenco, en la música tradicional andaluza, y cuando eso se te mete dentro ya no lo puedes ignorar. Y en ese viaje al pasado también nos encontramos con Lorca, que está muy presente en el nuevo disco.

En el 'indie' se ha puesto de moda dejar de mirar por encima del hombro al folclore español, cosa que ustedes dejaron de hacer hace quince años.

Sí, a partir de 'La leyenda del espacio' empezaron a salir más artistas vinculados al flamenco y otros tipos de folclore, lo cual a mí me pareció más interesante. Desde Niño de Elche a Rosalía, Los Hermanos Cubero, Lorena Álvarez... todos lo han hecho a partir del respeto, y con resultados muy interesantes.

Y no sólo ellos, también los artistas más jóvenes de la escena trap y urbana.

Sí, los traperos españoles tienen una clara influencia del flamenco, desde La Zowi a Yung Beef. Se les nota que se han criado en ese ambiente y lo tienen muy asimilado. Quienes obvian eso a estas alturas, es que no están atentos a lo que es realmente importante.

Imagino que en su época adolescente renegaba de ese folclore.

Claro, en la juventud casi siempre te rebelas contra las cosas que escuchan tu padres o tus abuelos. Yo me metí mucho en la música alternativa e independiente, sobre todo la que venía de Inglaterra. Entonces había un movimiento muy fuerte en ese sentido, porque también promovían estructuras alternativas de acceso a la música. Los sellos y los festivales indies me interesaron más por eso. Pero cuando te da por escarbar más hacia atrás... en nuestro caso el nexo fue la guitarra, que es un instrumento que salió de Andalucía y que desde entonces fue influyente en todo tipo de músicas populares.

¿El indie anglosajón ha hecho este mismo ejercicio de forma tan clara?

Ha habido cosas interesantes en este sentido, recuperando cosas del folk. Me vienen a la cabeza grupos como Palace Brothers, Lambchop, Fosforescent... todos muy interesantes.

Creo que en un viaje a Nueva York, se encontraron con una escena indie tan cerrada que fue entonces cuando se dieron cuenta de que debían poner en valor su idiosincrasia como indies granaínos...

Sí. Cuando grabamos nuestro tercer disco volamos a Nueva York, y estuvimos con un productor que estaba muy metido en la escena indie de allí. Y efectivamente, nos encontramos con una escena muy cerrada, muy chovinista, que no estaba nada atenta a las culturas periféricas. Eso nos pareció un gran fallo por su parte, y un claro síntoma de su propia decadencia. Aquí en España ha habido un desarrollo mayor de esa cultura, que ha fructificado en un mayor de desarrollo de una infraestructura alternativa a la dominante, que era puramente comercial con Los 40 Principales, las ferias de los ayuntamientos... Ahí se pudo crear una escena que en la cultura anglosajona no se produjo. El 'indie' anglosajón murió con Kurt Cobain. Eso marcó el declive de una escena que intentaba sobrepasar a la escena comercial. En España, esa escena sí siguió creciendo, pero por otra parte, se ha vuelto tan grande que al final ha sido penetrada por los mismos intereses comerciales.

Mi siguiente pregunta va precisamente en esa línea... ¿se ha enterado de que han hecho un 'festival' Sálvame Mediafest con bandas indies?

Me he enterado porque también nos llamaron a nosotros.

¿En serio? Doy por hecho que ni se lo plantearon, claro... Pero ¿cuál fue su reacción?

Nos pareció un poco extraño. Pero es la demostración de que todo esto de lo que estamos hablando es cierto. Esa infraestructura indie ha ido tomando poder hasta que se ha convertido en el referente cultural dominante, con una estructura tan basada en intereses comerciales que acaba llegando a programas como Sálvame ya cadenas como Telecinco. La llamada fue un poco rocambolesca, pero nos hizo gracia.

Más allá del indie, muchos se preguntan dónde está la contracultura. ¿No cree que su declive empezó cuando acabó la dicotomía mass-media - fanzines, y tanto contracultura como mainstream empezaron a compartir los mismos canales fundamentales, o sea internet?

Sí, el problema de la cultura mainstream y de la contracultura es que todo el beneficio económica que generan va para empresas como Google, Facebook, Apple o Telefónica. Ese es el principal problema de los dos. El beneficio va a para ellos, y no para los creadores de los contenidos que les hacen ricos. Eso sí que es dramático.

Hablando de dramas... ¿cómo ve el tema de la falta de profesionales y de material en los grandes conciertos y festivales de verano? Ya ha habido cancelaciones y desastres organizativos por ese motivo.

Me parece que forma parte del paisaje que nos rodea en general. Todo está en fase de colapso. No es sólo los festivales, es el modelo económico liberal, occidental o como quieras llamarlo. Y va de lo macro a lo más pequeño. Yo estoy haciendo una obra en mi casa y estoy intentando encontrar carpinteros y albañiles, y me está siendo imposible. El precio de la energía, la pandemia, la guerra... todo forma parte del mismo problema, que es la quiebra de un modelo económico.

Lo cierto es que si ese modelo ya daba señales de agotamiento antes de la pandemia, ahora parece estar diciéndolo a gritos.

Al menos eso es lo que yo veo.

Termino. ¿Ayudar a Ucrania con armas es belicismo?

Yo lo que pienso es que ayudar a los fabricantes de armas es belicismo, sí. Dar dinero para fabricar armas es belicismo. Apoyar la industria armamentística es belicismo. Apoyar la guerra es belicismo.