SOS por la ‘pequeña Doñana de Madrid’
El futuro de un humedal reverdecido sobre una antigua gravera tiene en alerta a ecologistas y vecinos. Medio Ambiente ha hecho inspecciones y advertido al Seprona
Sara Medialdea
El humedal de Soto Gutiérrez, reverdecido sobre una antigua gravera, es el refugio actual de cientos de especies de aves. Pero sobre él parece cernirse la sombra de una amenaza: el drenaje de sus lagunas por parte de sus propietarios, que podría afectar a ... la fauna de la zona. Organizaciones conservacionistas como Ecologistas en Acción y vecinos del entorno , organizados en una Plataforma en su defensa, lanzan un SOS por este espacio, conocido entre los aficionados a las aves como ‘la pequeña Doñana de Madrid’.
No son los únicos que vigilan. La zona está siendo objeto de un control continuo por los responsables de la Consejería de Medio Ambiente, que aseguran han iniciado inspecciones y remitido informes al área de Disciplina Ambiental y al Seprona , por si hubiera que proceder.
Las lagunas se encuentran en una parcela en el término municipal de Ciempozuelos, dentro del Parque Regional del Sureste. Hace 20 años, era una zona de graveras, que dejó de funcionar y cuyos propietarios obtuvieron permisos para dedicar parte del terreno a otros usos, según el Plan de Restauración de la explotación minera aprobado en el año 2001.
La explotación minera obtuvo permiso en 2001 para cambios de uso, pero en estos 20 años, se ha vuelto un santuario de aves
Pero desde entonces hasta aquí, el lugar ha cambiado , y ahora es «un punto caliente de biodiversidad, donde se han detectado más de 200 especies de aves catalogadas en la Comunidad», explican en Ecologistas en Acción. Tras observar, al inicio del verano, que la propiedad estaba realizando tareas de desecado del terreno, comenzó un movimiento en defensa del humedal.
En Soto Gutiérrez crían, se alimentan, paran durante la migración, duermen y se refugian un sinnúmero de aves : cigüeña negra, águila, imperial, buitre negro y cernícalo primilla, todas en peligro de extinción en la Comunidad de Madrid. Pero también garzas imperiales, sisón común, avetorrillo común –especies consideradas sensibles a la alteración de su hábitat–, o ánsar común, aguilucho cenizo, milano real, pato colorado, zampullín cuellinegro o cigüeñuela.
Por eso cuando se observó que se estaban desecando algunas lagunas, saltaron las alarmas. Tanto en redes sociales como en publicaciones especializadas se ha advertido del peligro porque «se han abierto zanjas que drenan el agua hacia el río Jarama, vaciando las lagunas», como denunciaba la organización Ecologistas en Acción.
Al Defensor del Pueblo
La Plataforma Humedales de Soto Gutiérrez puso en marcha entonces una petición en change.org: «Salvemos la Laguna de soto Gutiérrez. Salvemos la pequeña Doñana de Madrid». La petición, que supera ya las 1.300 firmas, fue enviada al Defensor del Pueblo, el Ministerio de Transición Ecológica y la Consejería de Medio Ambiente.
Llegó julio y las llamadas de atención arreciaron:del parlamentario Juan López de Uralde, del diputado de Más Madrid Alejandro Sánchez; del dirigente de Ecologistas en Acción Santiago Martín Barajas, y del cofundador de esta organización, Theo Oberhuber. Miembros de la misma acudieron a la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Paloma Martín . Sus técnicos, explican en este organismo, ya estaban sobre el problema.
De hecho, según afirman a ABC fuentes de la Consejería, hasta el momento los trabajos realizados sobre el terreno «no han afectado a las aves». De acuerdo con sus informes, la zona del humedal «tiene calificación D» , lo que supone que cuenta con «un menor nivel de protección, permitiéndose actividades ligadas a aprovechamientos agropecuarios o equinos».
La actuación que está acometiendo la propiedad del terreno tiene base legal: el plan de restauración de la antigua explotación minera. Afecta a un extremo de la finca, aseguran en Medio Ambiente, y es «consecuencia de las aguas que se reciben por los riegos por inundación derivado del regadío de maíz» en fincas cercanas. «Al drenarse, una mínima parte de ese entorno, se ha quedado seca, pero es algo puntual y no afecta a la parte central o la parte querenciosa para las aves», insisten.
No obstante, continúan haciendo «un seguimiento exhaustivo», y aseguran haber informado al promotor de que «no se podrá ejecutar ningún relleno de tierras», salvo que tenga «autorización expresa» de las autoridades.
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