El pederasta en serie británico detenido en Madrid borró su rastro para trabajar en colegios
Bajo una nueva identidad, Ben Lewis abusó de 36 niños, de entre 4 y 8 años
Hace cinco años, Ben Lewis , un británico condenado por la Justicia de su país por un delito de explotación a menores, se convirtió en un fantasma. Al día siguiente de que el Tribunal de la Corona de St Albans lo incluyese en la ... lista de delincuentes sexuales y le prohibiera salir de Reino Unido, Ben Lewis pasó a llamarse Ben Davis Rose . De nada sirvió que el magistrado lo hubiera condenado a dos años de prisión, con la pertinente imposibilidad de trabajar con niños durante el mismo periodo , cuando, semanas después de recibir su castigo y ya con la nueva identidad bajo el brazo, optara por mudarse a España.
Libre de toda sospecha, encontraría trabajo en el seno de una familia de Zaragoza , al cuidado de tres niños pequeños. Al año siguiente, el fugitivo daría un paso más y se trasladaría a Madrid , donde pasaría a formar parte del plantel de docentes de una conocida academia de idiomas . De ahí, a una escuela concertada y luego a otra privada; un lugar, este último, en el que seguir dando rienda suelta a sus execrables pulsiones, pero también un espacio en el que su tapadera terminaría al descubierto tras ser detenido por la Policía Nacional.
Pero llegar hasta él no sería tarea sencilla. Meses antes de su arresto, el Servicio de Policía de Queensland, en Australia , detectaba la comisión de un delito de distribución de material relativo a la explotación sexual de menores a manos de un usuario que, con una alta probabilidad, podría localizarse en España. Así, desde el otro lado del globo, los especialistas del Cuerpo Nacional dedicados a la lucha contra la explotación sexual de menores en Internet y a la identificación de víctimas recibieron una carpeta con multitud de fotografías y vídeos que mostraban a diferentes niños, de entre cuatro y ocho años, siendo víctimas de explotación sexual. Abusó al menos de 36 pequeños .
Sistema operativo inglés
Con el material en la mano, la Policía Nacional inició las averiguaciones para lograr la identificación de los lugares donde se había generado el material, planteándose como principal escenario lo que parecía ser un centro educativo ubicado en Madrid. Las víctimas de las aberrantes grabaciones eran alumnas de primaria de un mismo colegio , lo que empezaba a despejar el oscuro caso. Al tiempo que se analizaba a todo el personal que allí trabajaba, los agentes descubrieron que las imágenes habían sido registradas con un terminal que contaba con un sistema operativo inglés .
La hipótesis de que el sospechoso fuera un profesor comenzaba a cobrar fuerza, dada la gran cantidad de archivos recepcionados y el volumen de menores afectados, dos circunstancias que explicarían que el autor de los mismos aprovechase su condición laboral para acceder a los menores sin levantar suspicacias. En un primer análisis, ninguno de los potenciales autores tenía antecedentes judiciales ni policiales por hechos semejantes. Ben Lewis había tejido su nueva vida con todo bien atado. O casi.
Tal fue la apariencia camaleónica dibujada que Ben Lewis había obtenido un título de Ben Davis, además de otros certificados fraudulentos con los que poder ejercer en territorio español. Un castillo de naipes que los investigadores se iban a encargar de derribar al profundizar en el estudio de la filiación de todos los profesionales ante una posible falsificación dolosa de los datos por parte del verdadero autor. De esta forma, los policías consiguieron aislar a este individuo tras cerciorarse de que había cambiado su filiación, amén de los citados antecedentes en Reino Unido por hechos de idéntica naturaleza a los investigados.
En paralelo, los expertos consiguieron parte de la identificación de las menores (mediante el empleo de complejas técnicas de tratamiento de la imagen) que aparecían en algunas instantáneas y vídeos, así como la dirección exacta en la que residía este individuo. De inmediato, se solicitó autorización judicial para llevar a cabo el pertinente registro del domicilio, ubicado en el barrio de Las Tablas (distrito de Fuencarral-El Pardo).
Documentos falsos
Los funcionarios desplazados pudieron entonces constatar que el arrestado utilizaba diversos anonimizadores y técnicas de encriptación y ocultación que impedían el acceso al contenido alojado en los dispositivos hallados en su piso. Entre los objetos confiscados, había también varios de los documentos falsificados, incluido un certificado que le permitía acreditar la carencia o existencia de delitos de naturaleza sexual en la fecha en que son expedidos, requisito imprescindible en España en el caso de que se tenga contacto habitual con menores.
Ben Lewis disponía en su casa de Madrid de las herramientas necesarias para llevar a cabo la simulación de los diferentes salvoconductos . Superado el análisis forense, no sin dificultades, de los diez dispositivos informáticos encontrados, se pudo acreditar la comisión de los presuntos delitos de abuso sexual a menores y descubrimiento y r evelación de secretos . Cinco años después, Ben Lewis dejó por fin de ser un fantasma.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete