Patrimonio tiene un «plan B» para la Piedad

Según Balao, está previsto volver a colocar la escultura en su sitio en cuanto esté restaurada, pero sólo si logran aplicar una técnica individualizada que garantice que no va a sufrir «estrés térmico», es decir, que no va a sufrir con los bruscos cambios de temperatura. Si no se consigue, Patrimonio pasaría al plan B. «Si mejoramos los anclajes, la estructura... pero no logramos controlar el «estrés», la piedra seguirá fracturándose y cayendo. En ese caso, habrá que hablar de una reproducción y de guardar el original en el interior», confirmó.

El responsable de Restauración de Patrimonio no ofreció seguridad al cien por cien respecto a la reposición de la escultura: «En restauración las garantías es como en todo. Es una lucha contra el tiempo. Tratamos de pasarle el testigo a las próximas generaciones (...) Con «La Piedad» pasa como en todas las obras de arte. Es un bien a veces idealizado como imagen, pero que no deja de ser un material. Hay veces que es más deleznable, y otras veces hay suerte y dura más».

En cuanto a los plazos para la finalización de los trabajos de desmontaje, Balao no concretó una fecha exacta. «En restauración tenemos la suerte de poder trabajar a demanda, conforme a la pieza lo va indicando. Hay planificación, pero depende de lo que se encuentre en la piedra. Es posible que el desmontaje dure de uno a dos meses».

A partir de ahí, aseguró el técnico, «no habría inconveniente en abrir la puerta principal del templo», un hecho que preocupa enormemente a la comunidad benedictina y a los fieles que en días de culto allí se congregan.

Piedra de Calatorao

La restauración de «La Piedad», compuesta por 151 bloques de piedra, ha sido objeto de polémica en las últimas semanas. Mientras que la Fundación Juan de Ávalos, presidida por el hijo del escultor, apostaba por trabajar «in situ», Patrimonio Nacional ha defendido siempre que era necesario su desmontaje. «Entendemos que es imposible garantizar la solución del problema de «estrés» que tiene la piedra si no es trabajando individualmente cada uno de los bloques constituyentes de la figura», dijo el responsable del organismo público. «Los tratamientos superficiales no penetran más de 1 o 2 centímetros y el mal está en el conjunto de la piedra», añadió.

Para Balao, el error principal está en la elección de la piedra que hizo el escultor a mediados de siglo pasado. «Juan de Ávalos escogió la de Calatorao, una piedra interesante, dura y versátil para el pulido porque aporta un rango de tonalidades con las que el escultor puede jugar, que van desde el negro azabache cuando está pulida al gris claro si se trabaja poco, pero que sufre con el «estrés» térmico».

El Calatorao, prosiguió esta fuente, «es una caliza que no aguanta bien las temperaturas dramáticas que se dan en esta zona de San Lorenzo de El Escorial. En otro clima quizá no hubiera sufrido pero en este lugar se alcanzan temperaturas extremas que en verano son incluso más peligrosas porque pueden ir de los 70º durante el día a los 2º de la noche», aclaró.

Terapia a seguir

De momento, el «plan A» pasa por las siguientes estaciones: una vez retirados los bloques, se limpiarían y se eliminarían las sales y los restos de residuos utilizados en anteriores restauraciones como cementos, siliconas o poliuretanos. «Elementos que se han usado en su corta historia con vistas a mantener la figura y no tener que desmontarla y que no han dado resultado». A la piedra se le realizarán también pruebas de analítica y de «estrés» térmico, para ver cuánto aguantan sin fractura.

Después del estudio, se volvería a ensamblar con fijaciones y no con adherencia. Además, «se sellarían las juntas correspondientes a determinadas zonas por las que sería más susceptible de entrar la nieve, fundamentalmente, y la suciedad, como hojas, palitos... El resto lo dejaríamos abierto seguramente para que respire bien», anunció Balao.

El molde de silicona

Si esto no funciona, se pasaría al «plan B», que consiste en la realización de una reproducción obtenida de los puntos de registro en 3D. «El 3D permite reproducir perfectamente lo que es el volumen. El error es de milímetros, y teniendo en cuenta que la estatua está situada a 20 metros de altura, ese matiz queda obviado».

Respecto a la extracción de un molde de silicona de la figura -técnica que exigían desde la Fundación Juan de Ávalos-, Balao fue concluyente. «El molde prácticamente ya no se utiliza. La silicona no se adhiere pero sí se engancha y puede extraer capas de exfoliación de la piedra, mientras que con el 3D no se toca la pieza», aclaró.

El desencadenante último que ha motivado la acción de Patrimonio fue la caída en julio de 2008 de un fragmento de más de 30 kilogramos procedente del brazo del Cristo que, según Balao, pudo originar una tragedia. «En ese momento nos dimos cuenta de que la situación era alarmante y de que había que proceder a su restauración. Más tarde, cuando iniciamos los estudios, nos dimos cuenta de que la situación era peor de lo que pensábamos». «Y la responsabilidad última de que nadie muera por la caída de algún fragmento es de Patrimonio Nacional», finalizó.

ABC fue el primer medio en publicar, el pasado 21 de marzo, el proyecto de restauración del conjunto escultórico de La Piedad en el Valle de los Caídos. Tras esa información, nuestro diario ha protagonizado el día a día informativo de Cuelgamuros, desde el cierre a las visitas turísticas del recinto (7 de abril) o las críticas de la Fundación Juan de Ávalos.