Patinadores en pie de guerra

«El asfalto no está en condiciones, es peligroso, abrasa, iban a poner el microasfalto necesario para patinar pero al final lo hicieron en la zona peatonal, donde da igual», afirma Javier. A su lado, mostrando diversas heridas, asienten representantes de los colectivos de aficionados a los deportes sobre ruedas que se dan cita en el Paseo de Coches: «bikers» (ciclistas), «skaters» (monopatines), jugadores de hockey...

No es, ni mucho menos, la única queja que plantean. Apiñados en unos quinientos metros del Paseo, delimitado por un circuito pintado, están hartos de ser desplazados periódicamente durante días e incluso semanas para instalar allí multitud de actividades e iniciativas, entre ellas la Feria del Libro. Cuando las casetas se van, además, denuncian que sobre el asfalto permanece un reguero de agujeros y tacos metálicos. «Son peligrosos, sobre todo para los niños, que no saben caer bien; y cuando llega el frío los agujeros se hielan y se raja el asfalto», sostiene Manuel, aficionado al hockey de 23 años.

«Este año la inmensa mayoría de las casetas de la Feria no se han atornillado, y si ha quedado algo se revisará antes del invierno», replican fuentes del área de Medio Ambiente y Servicios a la Ciudad del Ayuntamiento, que destacan que el Paseo de Coches no es de uso exclusivo de los patinadores.

«Claro que no es sólo para nosotros, y cuando patinamos y cruza alguien nos detenemos aunque pueda pasar por otro lado, pero es que hay gente que nos llega a recriminar e insultar por patinar y, si llega la Policía, ante la duda nos quiere echar», responden a su vez los patinadores.

Más asfalto de calidad

A juicio de este colectivo, sería importante que hubiera más extensión para patinar en El Retiro, especialmente si se asfaltara la curva del Paseo de Coches, a poder ser con microasfalto. El Ayuntamiento, por su parte, descarta asfaltar todo el Paseo, «aunque quizá sí una zona concreta en el futuro». En los «próximos seis meses», en todo caso, aseguran que no se ha previsto ninguna actuación en el Paseo de Coches, y menos con microasfalto, pavimento que califican de «hipercaro».

Para este colectivo, sus deportes siguen siendo algunos de los grandes olvidados por las instituciones. «Nos hemos hartado de mandar cartas, de recoger firmas... hasta hicimos un proyecto entre todos los colectivos para pedir una pista decente y algunas mejoras, pero nada», sostiene Javier Rembado, vicepresidente de Reskate, una asociación que agrupa a unos 50 patinadores.

Un estilo de vida

Lupicinio Rodríguez, abogado de 54 años, también es patinador y patrocina a esta asociación. A su juicio, la única política que en Madrid entendió la realidad y los problemas de este colectivo fue la ex teniente de alcalde Mercedes de la Merced.

La pasión por el patinaje que transmiten algunos aficionados cuando exponen sus reivindicaciones evidencia que, para ellos, patinar es más que una afición. «Para muchos es un modo de vida y, además, con tal descarga de adrenalina que es un deporte que compite muy bien con otros hábitos como la droga; Mercedes de la Merced lo entendió muy bien», sostiene el abogado.

Los patinadores de El Retiro, por ello, no entendieron la decisión de cerrar el parque durante las noches por la inseguridad. «¿Qué pasa con los que preferimos patinar a salir de fiesta? Antes había muchísima gente aquí a las 3 de la mañana, pero para eliminar los robos prefieren quitar a la gente antes que a los ladrones», argumentan.

Muchos patinadores no están dispuestos a renunciar a su pasión por las noches. Víctor Emilio, de 24 años, un usuario del El Retiro, era uno de ellos. La pasada semana falleció tras chocar, pasada la medianoche, con un turismo que circulaba correctamente por la Ciudad Universitaria, una zona que forma parte de una ruta recorrida a gran velocidad por algunos patinadores. Esa madrugada, un dramático mensaje a través del móvil transmitió la triste noticia a los patinadores madrileños: «No es una broma, ha muerto un patinador en la ruta de los jueves».

Con estatus de peatones, los patinadores no pueden rodar por las calles a más de 6 kilómetros por hora, como cualquier viandante. Incluso a esa velocidad, es rutinario que reciban las recriminaciones de las autoridades y del resto de peatones, según aseguran.

Los patinadores de Reskate quieren que se les vea como un medio de transporte más y poder patinar por las calles «como hacen en otras capitales europeas». También les gustaría que se implantase un carné de patinador y que se comunicase el centro de Madrid con los pasillos verdes. Por ahora, deberán seguir conformándose con El Retiro para patinar a cierta velocidad.

Patinando por toda la ciudad

La asociación «Madridpatina» agrupa a unos 1.500 patinadores y, aunque comparten las reivindicaciones de los asiduos a El Retiro, aprovechan su condición legal de peatones para patinar por toda la capital a los 6 kilómetros por hora que les marca la ley.

«Claro que hay incongruencias legales y, ante la duda, los perjudicados somos los patinadores, pero preferimos ver la botella medio llena», explica su coordinador, Javier Griñán. Por ello, organizan habitualmente rutas que transcurren por la ciudad o la región, eso sí, «sin correr o hacer botes como pueden hacer en El Retiro», prosigue. «Son dos formas distintas de vivir el patinaje, pero con los mismos problemas», sentencia Lupicinio Rodríguez antes de seguir deslizándose por el Paseo de Coches de El Retiro.