Parroquia de Santa Elena: el atractivo de la belleza

Así es don Javier Igea, ahora al frente de esta comunidad. Tiene muy claro el proyecto, «romper el esquema de ir a misa los domingos y nada más». La clave, atención, servicio y «una buena liturgia en la que se palpe la presencia de Dios, que la belleza de la presencia de Cristo sea tractiva». Está claro que el párroco de Santa Elena rompe con los esquemas habituales. Lo hace incluso en sus comentarios semanales en la hojita parroquial, que también están colgados en la página web de la parroquia, parroquiasantaelena.org. Lean, por ejemplo, el dedicado a la «Ciencia y la opinión (Episteme y doxa)» , una gozada.

Por cierto que al párroco le acaba de llegar el refuerzo de un sacerdote joven, don José Antonio, y también cuenta con la ayuda de un sacerdote estudiante de liturgia procedente de Burkina Faso. En el territorio de la parroquia están el oratorio de Nuestra Señora de Lourdes y la capilla de la Comunidad de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. Bueno, y la casa provincial de las Hermanitas de los Pobres y del Monasterio de la Visitación de Santa María, de la calle Santa Engracia.

El templo, que pasa inadvertido incluso con su doble retícula de metales en la fachada, tiene algunas curiosidades que permiten ese clima de oración, de acceso al misterio. Por ejemplo, da la impresión, por los sencillos materiales de su construcción y por el amplio coro que recubre a la Iglesia, de que estamos en un oratorio o capilla privada. Hay que advertir que el diseño arquitectónico es de Fernando Barandiarán , uno de los exponentes más notables, junto con Fisac, de la arquitectura religiosa española de los años sesenta. En el número 119 de la Revista de Arquitectura (noviembre de 1968), Barandiarán explica el proyecto y nos revela que este templo originariamente iba a ser la capilla privada de la Residencia del Instituto de las Misioneras Seculares. Por lo tanto, materiales sencillos, con un diseño lineal y con juegos de luz sorprendentes. En el templo nos encontramos con alguna sorpresa añadida, como es la que pudo ser maqueta de La Piedad de Juan de Ávalos que está en el Valle de los Caídos.

La parroquia ahora está volcada en el tú a tú, en la ayuda al hermano. Han sido no pocos los refugiados procedentes de Venezuela que se han acercado a esta iglesia. De hecho, la comunidad trabaja muy estrechamente con la ONG Refugiados sin Fronteras , con la que están sacando adelante algunos proyectos interesantes de inserción personal y laboral, de formación, para quienes vienen a nuestro país y viven, durante los primeros meses, en situación precaria. Hay en este relato de trabajo con los inmigrantes una historia singular. Llegó un día a la parroquia un joven senegalés que había trabajado en su país en las rudimentarias artes de pesca. El párroco, después de varias conversaciones, hizo posible que este joven se matriculara en los cursos de formación pesquera. Pasado el ciclo de preparación, ahora está trabajando en Galicia en una empresa del ramo.

Por cierto que el joven senegalés decía que la embarcación de mayor calado que había pilotado fue… la patera .

Pero las actividades de esta comunidad no se circunscriben solo a las habituales acciones de una parroquia. Cuenta con un grupo de Formación Bíblica, con un grupo del Apostolado de la Oración, otro de jóvenes adultos, la habitual catequesis de iniciación cristina, la Adoración Eucarística y la presencia de Hakuna, con sus oraciones habituales. También se organizan conferencias de formación que, en este curso, estarán dedicadas a una adecuada comprensión de la ecología, con temas como el cambio climático.

Hoy, a las 12 horas, tendrá lugar un concierto con motivo de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz en el marco de las celebraciones de Santa Elena.