El palacio que engrandeció Godoy y fue vestidor de reinas en las bodas reales

La monumental escalera del palacio no es la original diseñada por Sabatini ya que Godoy contrató a otro arquitecto cuando amplió la estancia. «Una escalera tipo imperio que sube hasta el segundo piso, muy grande en comparación a lo que es hoy el palacio», indica la responsable. El valido del rey decoró el interior con esmero, con frescos, telas pintadas, mármoles, esculturas y pinturas de los mejores artistas de la época . «Godoy era caprichoso y tenía muchas cosas, entre ellas una gran colección de pintura. Era amigo de Goya quien pintó para este palacio cuatro pinturas», puntualiza Gloria Gómez del Pulgar.

En 1808, con la llegada de las tropas napoleónicas a Madrid, este palacete fue la residencia del general francés Joaquín Murat, el cuñado de Napoleón. «Desde aquí dirigió las operaciones del Dos de Mayo y en esta época desaparecen muchas cosas», cuenta la responsable de las publicaciones del CEPC. Y desde entonces ha tenido muchos usos . Allí llegó el Consejo de Almirantazgo, la Biblioteca Real y varios ministerios (el de Gracia y Justicia, Guerra, Hacienda y Marina). Este último ministerio estuvo muchos años dando nombre a la plaza en la que se encuentra el palacio y se fue en 1929. «Marina se llevó muchas cosas del palacio, entre ellas el despacho de Godoy que está en la Dirección General de la Marina », cuenta Gloria. El inmueble estuvo semi en ruinas y en los años 30 se destrozó parte del edificio al construir la calle Bailén. En 1962 se declaró Bien de Interés Cultural y en 1975 se trasladó a él el Instituto de Estudios Políticos que en 1977 pasó a llamarse Centro de Estudios Políticos y Constitucionales tras fusionarse con el Instituto de Estudios Administrativos.

De lo que fue el palacio, «queda poca cosa pero sí se puede ver la historia de lo que fue», reconoce la responsable. En el patio se encuentra un pozo del que se dice que era la entrada a un pasadizo para ir al Palacio Real. Conserva igualmente algunos de los techos pintados con diferentes motivos , como son pájaros y mariposas, decoración que podría corresponder a la zona “femenina” de la estancia. El que se cree que fue el dormitorio de Godoy tiene en su techo pinturas con una especie de abanicos y de esfinges. También son de destacar las puertas originales del siglo XVIII situadas en la entrada de la antigua capilla.

El llamado Salón de Tapices , hoy zona de conferencias, es en el que más dañadas están las pinturas y en el Salón Rojo estaban las cuatro pinturas de Goya , tres de las cuales están en El Prado y una cuarta se perdió. En el Salón de Juntas llama la atención la mesa de grandes dimensiones de la cual «se dice que era del Consejo de Ministros de Franco y que estuvo en El Pardo», cuenta Gloria. Como curiosidad recuerda el día en el que se celebró una reunión a puerta cerrada en esta sala, con el Príncipe de Asturias, hoy Felipe VI. Las piernas no le cabían en la mesa y hubo que poner unos soportes para subir la altura de las patas. Para la última boda real se llegó a visitar esta estancia para analizar si era posible la salida de Letizia hacia la Catedral aunque se descartó.

En este centro se realizan tareas de formación , donde destaca un máster especializado en Derecho Constitucional, y de edición de libros y revistas. Cuenta con un centro de documentación y una biblioteca para alumnos e investigadores. Además dedica una parte importante a la investigación. En total se editan cada año entre 30 y 35 libros y se publican 8 revistas, algunas de ellas trimestrales. Todo ello en un palacio sobrio y discreto por fuera pero con mucha historia por dentro.