Los okupas abandonan el piso para jóvenes con autismo acorralados por la presión

Según advierten, los okupas han arramplado con mantas, toallas, sábanas y edredones, han arrancado todos los elementos de sensibilidad cognitiva e, incluso, han sustraído un televisor oculto en una maleta. «La Guardia Civil nos explicó que no podían registrar sus cosas, tan solo que hiciéramos nosotros inventario y después interpusiéramos la correspondiente denuncia», añade De la Maza, agradecido por la incansable labor de los agentes de la Benemérita, personados casi a diario en el inmueble a fin de lograr una intermediación positiva. El caso, no obstante, continúa judicializado en Arganda del Rey.

El director técnico de Aucavi rememora la trepidante cadena de acontecimientos vivida en los últimos días. «El lunes por la mañana dicen que no se van, pero por la tarde cambian de idea y nos piden un nuevo plazo de una semana», recuerda, convencido de la estrategia de distracción empleada. Al día siguiente, los okupas llaman a la fundación para avisarle del enésimo cambio de parecer. «Nos dicen que se quedan porque hemos mentido sobre ellos ante los medios y que además van a consultar con un abogado porque han encontrado cosas sospechosas en la casa», prosigue, totalmente estupefacto por la insólita acusación.

Difundida la encrucijada, diversas empresas dedicadas a desalojar inmuebles contactaron con Aucavi para ofrecer sus servicios de manera gratuita. La más conocida del controvertido sector, Desokupa, anunció en sus redes sociales que se hacía cargo del caso tras contactar con los usurpadores. Pero no hizo ni falta. Ahora, la fundación deberá reparar los desperfectos antes de que los cerca de 60 jóvenes con autismo regresen.