Hazte premium Hazte premium

El ocio infantil malvive en tiempos de Covid-19: «Los niños han sido los olvidados de la pandemia»

Más de la mitad de los parques de bolas de Madrid han cerrado definitivamente sus puertas desde el comienzo de la pandemia

Más de la mitad de los parques de bolas de Madrid han cerrado definitivamente sus puertas Manuel Gomez

Teresa Rodríguez

La fecha de cumpleaños de cualquier niño está marcada en su calendario. Es el día de hacerles protagonistas a ojos de todos sus amigos y celebrarlo por todo lo alto en el lugar más colorido y divertido del mundo: las piscinas de bolas. Pero el coronavirus se ha llevado alrededor de un millón de fiestas infantiles, según estima la Asociación de Centro de Ocio Infantil (ACOCAM). En tiempos de pandemia se han sustituido las multitudinarias celebraciones de cumpleaños por pequeñas fiestas exclusivas con grupos muy reducidos de niños. Desde hace meses, los espacios cerrados son lugares señalados por los expertos como sitios de alto riesgo de contagio de Covid-19, lo que ha provocado en el sector una drástica reducción en sus ingresos .

Para Estelí Moroianu , la encargada del ' parque de bolas Cocoroko', situado en el distrito de Ciudad Lineal, su trabajo es su vida. Ofrecer entretenimiento y regalar ilusión a los más pequeños es algo que le hace feliz, y como a ella, al resto de sus compañeros. Pero desde la pandemia del coronavirus, el ocio infantil se ha visto afectado, fue de los primeros sectores que tuvieron que cerrar y de los últimos en poder abrir.

En los parques de bolas ya no se escucha a los niños corretear de un lado a otro, ni las largas charlas de los padres, las risas y los gritos de los más pequeños. El coronavirus se ha llevado su ambiente, dejándoles en silencio y sin bullicio, algo impensable tiempo atrás, pero no la disposición y responsabilidad de sus trabajadores que esperan ansiosos a que sus centros vuelvan a llenarse de niños ilusionados y sonriendo bajo la mascarilla.

Estelí, es una de los muchos profesionales que intentan sacar adelante con esfuerzo y sacrificio su negocio, a pesar de ver reducida la facturación un 90%. Abrió su centro hace siete años con mucha ilusión y nunca se imaginó vivir una situación tan extrema, aunque algunos días tiene momentos de bajón, por lo general se muestra positiva y esperanzada en que se pueda salir adelante. Antes de la pandemia, su centro realizaba entre 25 y 30 cumpleaños al mes, pero ahora prepara como máximo dos celebraciones. «Los padres no se abren todavía, dicen que cuando las cosas mejoren y la vacuna esté más avanzada volverán a traer a sus hijos», señala.

Después de meses inactivos, a partir de julio, los parques de bolas volvieron a abrir sus puertas con un aforo limitado al 40% , bajo unas estrictas medidas de seguridad, pero al ser meses de temporada baja, el sector apenas alcanzó el 5-10% de la facturación respecto a años anteriores. Desde noviembre, la situación ha ido mejorando, sobre todo a partir del mes de marzo, pero, aun así, a día de hoy, los ratios siguen sin superan el 50% de los ingresos de años anteriores, según datos proporcionados por el presidente de ACOCAM, Juan Carlos Nieto.

Más del 50% de los parques de bolas han desaparecido

En la Comunidad de Madrid había más de 800 centros que se dedicaban a este tipo de ocio, pero como consecuencia del patógeno más del 50% de los centros han desaparecido . «Me viene gente de todos los puntos de Madrid para que los niños jueguen, ya que los parques de bolas de sus barrios han cerrado», explica Estelí.

El presidente de ACOCAM comenta a este periódico que, aunque la celebración de cumpleaños todavía está muy baja, siendo este el motor de sus negocios, « poco a poco se va recuperando la confianza de los padres que vienen por libre a que sus hijos jueguen ». Aun así, el respeto y el miedo de los padres a que sus hijos se infecten es una realidad. «El problema que nos encontramos es el miedo de las familias. No hay una comunicación expresa por parte de ninguna institución que apoye nuestra apertura , que diga que somos seguros y que se están cumpliendo unos protocolos que nosotros mismos hemos presentado y se han aprobado», comenta desesperado Juan Carlos.

Tanto es así que el sector se ha visto tan desamparado que han creado una asociación por comunidades autónomas. En Madrid son 90 centros, los que reclaman una regulación específica para su actividad y reivindican el abandono que han sufrido por parte del gobierno estatal y autonómico desde el inicio de la pandemia. « No hemos recibido ninguna ayuda , es verdad que hemos recibido un buen trato por parte de la comunidad, pero al final se ha quedado en eso en un buen trato, y damos gracias que en Madrid se está haciendo un equilibrio entre economía y salud, porque en otras regiones están mucho peor que nosotros», explica Juan Carlos.

La piscina de bolas no es solo el lugar de fiesta de los niños, es mucho más que eso, son centros que aportan actividades fundamentales para el desarrollo emocional y físico de los más pequeños . Por ello, la asociación quiere transmitir la preocupación de que este tipo de ocio desaparezca: «En estos tiempos, más que nunca, los niños se han metido en su mundo con el tema de Internet y los videojuegos. Esa parte emocional, esa parte del juego de los niños parece ser que se está olvidando y todo el mundo que tenga hijos en casa lo puede ver. Por lo que nuestro sector es importante para que los más pequeños socialicen y jueguen a juegos tradicionales».

Los niños, los olvidados de la pandemia

A poca distancia de Cocoroko, está situado el 'parque infantil Alboroto ', otra piscina de bolas que también está sufriendo las consecuencias de la pandemia, pasando de celebrar de entre 10 y 12 fiestas semanales a una o dos. Para la responsable del local, los niños han sido los olvidados de la pandemia: «La situación es complicada para todos, pero mucho más para nuestro colectivo. El ocio infantil está totalmente abandonado. Los mayores tienen su ocio en los bares y gimnasios, pero ¿y los niños? nadie repara en ellos ».

A pesar del esfuerzo que está haciendo este tipo de ocio por sobrevivir, la mala imagen, que les ha precedido durante años como lugares con falta de higiene, se ha visto gravemente repercutida en el sector. Por ello, la Asociación de Ocio Infantil quiere dar un mensaje de tranquilidad y seguridad a los padres: «A nuestros centros se les asocia con muchos niños juntos y mucho jaleo, y estos tipos de establecimientos ahora se ven inconcebibles, pero tenemos protocolos de acuerdo con la normativa establecida por Sanidad». Asimismo, el presidente de ACOCAM, recalca « somos perfectamente viables y seguros. Los tiempos cambian y nosotros también» . La obligatoriedad de mascarillas para mayores de seis años, toma de temperatura, dispensadores de gel, grupos burbujas, medidas de limpieza y ventilación de las instalaciones antes y después de cada cumpleaños son algunas de las medidas sanitarias que garantizan la seguridad de los más pequeños.

El presidente de ACOCAM comparte con ABC la preocupación que siente por el abandono que se tiene del ocio infantil, para el que pide ayudas directas . «Nosotros no somos tan numerosos como la hostelería o el sector hotelero, pero nuestro sector está aquí; somos un colectivo que solemos contratar a mucha gente joven, por lo que el empleo que se ha perdido ha sido mucho ».

Un claro ejemplo es su negocio, 'Happy Play XL ' , situado en Alcalá de Henares, antes de la pandemia, en el trabajaban 25 personas, pero se ha visto obligado a reducir su plantilla a seis trabajadores. Aunque ha sobrevivido a los estragos de la pandemia, la nula afluencia le ha llevado a cerrar dos días a la semana: «Me mantengo abierto el resto de los días para organizar el fin de semana, pero por rentabilidad sería abrir únicamente los sábados ». E n su centro se realizaba alrededor de 150-200 cumpleaños al mes y ahora no prepara más de seis celebraciones. Juan Carlos explica que sus clientes suelen ser repetitivos porque se sienten seguros. Cristina, madre de dos hijos, uno de 4 y otro de 6, comenta que intenta traer a los niños una vez por semana. « Para ellos, este momento es el mejor del día. Disfrutan un montón, además el trato es estupendo, son muy cuidadosos con todo y la desinfección es impecable por lo que te sientes como en casa y los niños están felices y sin riesgo de nada».

Pese a ver las cosas con optimismo, este colectivo se pregunta preocupados: «¿Qué va a pasar con nuestros negocios si esto continúa así?. Al igual que los parques públicos están funcionando ¿Este sector por qué no?». El verano se acerca, siendo esta su temporada baja por lo que tienen puesta de nuevo la esperanza en el mes de septiembre, pero la incertidumbre vuelve a estar en el ambiente: las vacunas, así como la incógnita de cómo se plantee el próximo curso escolar marcaran el futuro de los próximos meses.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación