Una nueva plaga de algas toma los lagos de Pradolongo, Tierno Galván y Las Cruces

Los tres lagos constan desde 2015 de depuradoras . No obstante, según explicaron desde la concejalía, existen dos factores clave que explican el origen y las causas de la expansión de las algas con tanta rapidez, lo que obliga a su limpieza una vez al año, cuando llega el calor. Por un lado, «estas láminas de agua están ubicadas en zonas verdes, que recogen las escorrentías de las lluvias que arrastran gran cantidad de materia orgánica , de manera más significativa aquellos días en los que se producen fuertes tormentas». Desde que se vacía el vaso y se llena con agua limpia, se convierte en una cuenca de sedimentación de nutrientes, proceso que se acelera con la presencia de animales en su interior. Cuanto más envejece el agua del estanque más sustancias se van acumulado, por lo que se vuelve más susceptible a la proliferación de algas, sobre todo cuando empiezan las altas temperaturas y la exposición fuerte al sol.

Otro hecho decisivo, apuntan, es el riego de las zonas verdes con agua regenerada. «La proliferación de algas se ve agravada por la contaminación con agua regenerada, rica en nutrientes, procedente, en algunos casos, del aporte directo de los aspersores sobre la lámina de agua, y en otros causados por escorrentías que, de forma inevitable, acaban introduciendo el agua regenerada en el interior de los vasos», argumentan.

Las depuradoras reducen la turbidez del agua y aportan hipoclorito , pero este cloro no actúa como algicida , ya que, tal y como subrayan desde Obras, «habría que aportar grandes dosis, semejantes al mantenimiento de otro tipo de instalaciones lúdicas, como las piscinas».

Durante el mes que dura el proceso de limpieza y renovación del agua, los animales que allí habitan, como peces, galápagos, tortugas y aves acuáticas, se trasladan al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Comunidad de Madrid . A pesar de las explicaciones, los vecinos de estas zonas reclaman «otras alternativas» que no supongan el vaciado de los lagos, puesto que consideran que se produce un daño colateral para los animales que han hecho de ellos su hábitat. «Los cormoranes, que criaban en Las Cruces no han vuelto desde que se vacía el estanque cada verano», asegura a ABC el portavoz de la asociación de vecinos de Carabanchel Alto, Fernando Gómez, que insiste en que aunque se traslade a los animales, estos trabajos suponen una pérdida de aves protegidas, porque huyen antes del rescate en busca de otra lámina y en la partida ponen en peligro a sus crías.