El Cristo de Cellini en El Escorial: una historia de leyenda

Uno de ellos es el «Cristo Crucificado» de Benvenuto Cellini , que el artista italiano esculpió entre 1559 y 1562 para su propia tumba, pero que el Duque de Toscana adquirió para regalárselo a Felipe II. En mármol blanco de Carrara, y sobre una cruz de mármol negro superpuesta sobre otra de madera, la escultura se muestra actualmente en la Basílica del monasterio. Pero no siempre fue esa su ubicación.

Como bien señala el blog Investigart , cuando el Cristo llegó a Madrid en 1576, Felipe II ubicó lo ubicó detrás del coro, alejado del altar y sin aparente relevancia visual. Una decisión que, según indica el autor, pese a que siempre se interpretó como la respuesta al que el Crucifijo se llevara a cabo sin paño de pureza, solo atendió a un sentido estricto en la decoración.

No obstante, el artículo de Investigart explica que una revisión de la documentación e iconografía de la época provocaron un cambio en la versión de los historiadores y que aluden a la posibilidad de que el Cristo se podía observar a través de una de las ventanas centrales de la Basílica.

Después de un periodo de tres meses de restauración en 1994, el Cristo fue finalmente colocado en el interior de la capilla de los Doctores -en la parte izquierda de los pies de la Basílica-, tapado con un paño de pureza.