Marc Ros, vocalista de Sidonie: «Viajar da un poco de miedo, pero al coger la guitarra se pasa todo»

-¿Qué sensaciones hay ante este concierto? ¿Son algo distópicas o más bien ilusionantes?

-Lo ha dicho muy bien, son sensaciones raras. A mí me parece que estamos en «Blade Runner». Ahora estoy haciendo las maletas para coger un avión y después un AVE, y me da un poco de miedo. Pero cuando coges la guitarra, y esto me ha pasado también en el confinamiento, se te pasa todo. Es como volver a la hoguera, cuando nuestros ancestros se reunían alrededor del fuego para contarse historias y reconfortarse unos a otros. Es lo que nos ha pasado a nosotros al volver al local de ensayo. Llegábamos con las mascarillas, un poco hechos polvo por las noticias, pero cuando te oyes tocando con tus compañeros vuelve el factor humano y vuelves a ser una persona que se olvida de todo lo que está pasando. Pero sí, ir al Prat y luego a Atocha me da muy mal rollo porque deben ser de los sitios más peligrosos a nivel de contagios ahora mismo.

-En el confinamiento al menos tuvimos música «online». ¿Qué se le pasó por la cabeza, en cuanto a futuro profesional?

-Yo reconozco que me lo pasaba bien haciendo conciertos «online», pero también pensaba: «¿Cuál será el futuro de todo esto?». Yo hago música para ver un tío cantando mis canciones a grito pelado con la vena hinchada en el cuello.

-Los patrocinios van a ser muy importantes para mantener la música en vivo.

-Sí. Hubo un momento en que estaban mal vistos en el mundo de la música, pero creo que eso ya está superado. Las marcas no son monstruos, hay gente detrás de ellas, con las que llegas a acuerdos artísticos. Su papel va a ser clave a partir de ahora.

-Hace poco han publicado «Me llamo ABBA», una canción del nuevo disco, que se titulará igual que la novela que usted ha publicado, «El regreso de ABBA». ¿Tocarán más temas nuevos en este concierto?

-Este viernes saldrá el segundo adelanto, pero sólo vamos a tocar «Me llamo ABBA». Hace una semana hicimos el videoclip en Cadaqués, que es donde está ambientada la novela. He diferenciado los lanzamientos porque no es un disco-libro. La historia del disco continúa la que empieza en el libro y hay muchas conexiones entre las dos obras.

-Estuvo muy bien «Gafas de sol», la canción que hizo con Loquillo.

-Me divertí muchísimo. Es uno de esos trabajos en los que tienes todo el rato presente para qué estás escribiendo, y en el caso de Loquillo, es una presencia muy fuerte que no te puedes quitar de la cabeza. Yo pensaba: «Si te ha llamado él, es porque le gusta tu trabajo. Así que sigue fiel a tu estilo y a ver cómo encaja la cosa». Fue mucho más fácil de lo que parecía.

-Tienen varias fechas en verano, pero cuando salga el disco en octubre, ¿habrá conciertos de presentación?

-Nuestra idea es darle valor al disco, sobre todo porque va a ser nuestro primer álbum doble. Queremos darle meses de vida para que la gente lo compre. Al publicar mi novela, me he dado cuenta de que se venden libros, pero discos no. Me apetece darle ese valor a ese objeto tan maravilloso, tan tremendo y tan guay que es un vinilo o un CD. Vamos a volcar nuestra energía en eso, y después ya hablaremos de una gira como Dios manda. Porque habrá que esperar a ver cómo va la cosa.