El maná de la cumbre de la OTAN se concentra en los hoteles de lujo

Cada lunes, Simbaña recibe sus flores y se encarga de renovar el género en algunos locales cercanos. Anteayer no pudo hacer las rutinarias renovaciones. «La Policía no te deja aparcar en doble fila, no te dejan trabajar con normalidad», reconocía el pasado lunes, el día en que Madrid amaneció blindada por la Cumbre de la OTAN . Simbaña sirve en ocasiones al Intercontinental, aunque ahora no pisa el hotel. «Y me conocen, pero no tengo autorización», añadía. Los bares en la misma calle también notaban los efectos de la trigesimosegunda reunión de la Alianza Atlántica. «Hay menos gente incluso que otros días, como no pueden venir porque está cortado», decía un camarero.

Madrid se ha ralentizado por la celebración de la cumbre internacional, que ha recibido cerca de 5.000 visitantes y desplegado un histórico operativo de seguridad con más de 10.000 policías. Las recomendaciones oficiales incluyen el teletrabajo y evitar desplazamientos. A pesar de esta imagen a medio gas, el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, ha previsto que la cita tenga un impacto económico en la ciudad de 150 millones de euros . No obstante, más allá de esta cifra 'grosso modo', faltan detalles de en qué sectores revertirá esta cantidad, la misma que regaron las fiestas del Orgullo en 2019. Hosteleros y comerciantes auguran una semana de capa caída.

El dinero se concentra en los hoteles, los 33 alojamientos de cinco estrellas donde se hospeda el medio centenar de delegaciones extranjeras. Ni el Ritz, el Four Seasons, el Palace, el Villa Magna... confirman quiénes son sus huéspedes «por motivos de seguridad», si bien todos están balizados y cercados en un perímetro de entre 300 y 500 metros. Solo la delegación estadounidense, que ha escogido el Intercontinental, el Ritz y el Villa Magna, ha reservado 1.200 habitaciones.

Según estima la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), la ocupación hotelera alcanzará esta semana un nivel medio del 70% , con un punto cumbre, este martes y miércoles, del 75%. «No obstante, esta gran resonancia conlleva que muchos turistas no visiten Madrid por miedo a no encontrar plazas hoteleras», ha advertido la vicepresidenta de AEHM, Mar de Miguel.

El verdadero impacto económico de la cumbre de la OTAN arroja luces y sombras. Los 5.000 participantes, entre periodistas, delegaciones y personal de seguridad, no son turistas al uso y es probable que limiten sus movimientos a las áreas vigiladas. Aún así, desde Hostelería Madrid calculan que su visita supondrá una inyección de 500.000 euros, un gasto medio en restaurantes de nivel medio-alto a partir de los 50 euros por persona . Con matices. «De lunes a jueves, en la mayor parte de los negocios de calle algo bajará [la facturación]», sostiene el presidente de la asociación, José Antonio Aparicio, «a la gente no le apetece salir y consumir como un día normal».

Los afortunados son los 5.000 establecimientos madrileños que suman una capacidad total de 250.000 comensales. Los 19 restaurantes de la Plaza Mayor , mientras tanto, perdieron este martes por la tarde sus terrazas , que se levantaron para permitir el aparcamiento de los vehículos de los ministros de Exteriores para la cena en el cercano palacio de Santa Cruz. «Son 7 horas menos de actividad, porque el negocio en el interior ahora es muy poco», indica Aparicio. Y todos, en general, sufrirán el teletrabajo, perdiendo los menús que suelen despachar entre diario.

El ocio nocturno también ha hecho números. «El impacto esta semana puede ser fácilmente de entre 2 y 5 millones de euros», estima Vicente Pizcueta, portavoz de la asociación Noche Madrid, que aglutina a casi un centenar de clubes, discotecas y restaurantes espectáculo. Pizcueta cree que la vida nocturna de los participantes en la cumbre será «muy comedida». «Probablemente no se alejen mucho del hotel; hablamos más de 'afterwork', de una copa a deshoras, de cenas de trabajo», dice, «hay que tener en cuenta que sus horarios nada tienen que ver con los nuestros».

Cuantificar el impacto es complicado, pero hay un beneficio que genera consenso y que Almeida definió como el «retorno intangible» . La imagen de marca. «Estos acontecimientos tienen una gran repercusión para la proyección de la ciudad», asegura la vicepresidenta de AEHM. «Habría que medirlo en términos de márketing turístico», señala el portavoz de Noche Madrid, «pero seguro que esa cifra tiene muchos ceros».