El kamikaze de la M-50 se enfrenta a 15 años de cárcel: «Para nosotros no hay justicia, nadie nos devuelve a Víctor»
El viernes comienza el juicio a Kevin Cui, acusado de homicidio doloso por estrellar su coche contra el de un joven de 20 años que acudía a trabajar, tras recorrer varios kilómetros en dirección contraria a 139 kilómetros por hora
Álvaro G. Colmenero
Hace apenas dos años que la vida de Paco y Gema terminó de derrumbarse. Su hijo, Víctor López, de 20 años, fallecía cuando conducía con su vehículo por la M-50 camino de su trabajo, que desempeñaba en un centro comercial, después de que el ... coche de un individuo, identificado como Kevin Cui, impactase contra el suyo tras recorrer varios kilómetros borracho y en dirección contraria, superando ampliamente la velocidad permitida. Eran las 6.20 de la mañana del 15 de septiembre de 2019. En menos de un año los padres habían perdido a sus dos hijos. Hoy se sienta en el banquillo Kevin Cui, el joven español de origen chino autor del siniestro, tristemente conocido como el 'kamikaze de la M-50'. Se enfrenta a los delitos de homicidio, conducción temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los demás y otro contra la seguridad vial. La Fiscalía de Madrid pide para él 15 años y será un jurado popular de la Audiencia Provincial el encargado de enjuiciar los hechos.
La familia del fallecido, que aguardaba este momento desde entonces, no ha levantado cabeza. « Estamos muy mal . Han sido dos años esperando a que salga el juicio, este individuo ha estado continuamente recurriendo y estábamos que no sabíamos qué nos íbamos a encontrar, hemos estado muy estresados y llevándolo fatal. No hay terapia que cure esto », asegura al otro lado del teléfono Jose, la tía del joven que perdió la vida. «Afrontamos el juicio con la esperanza de que se haga justicia. Son hechos muy graves, merecen que la sociedad los condene enérgicamente », apunta a ABC la abogada de la familia, Bárbara Royo. Por su parte, en el escrito de acusación, el fiscal sostiene que el acusado era «conocedor» de que circulaba en sentido contrario al establecido porque «aunque era de noche, el cielo estaba nublado y con lluvia intermitente», la visibilidad en la carretera era «acorde» al alumbrado que llevaba «y a la iluminación existente en la vía y en el túnel». «Este señor circulaba en dirección normal y en un momento dado se dio la vuelta con absoluto control del vehículo y pisó el acelerador de una manera consciente», añade la abogada de la acusación.
El fiscal señala también que las circunstancias ambientales no le impidieron ver que los vehículos con los que se cruzó, «los cuales circulaban correctamente», llevaban el alumbrado, «pudiendo observar toda la señalización vertical, horizontal, de balizamiento y seguridad de la vía, al revés, como las señales de hitos de arista que estaban orientadas en sentido contrario al seguido por él». En su relato, recoge, además, que Kevin Cui decidió coger su coche aquella noche «pese a tener sus facultades disminuidas como consecuencia de una previa ingestión de bebidas alcohólicas , lo cual mermaba su capacidad para manejar los mecanismos de dirección, control y frenado de un vehículo, así como aumentaba el tiempo de reacción ante acontecimientos imprevistos en dicha conducción, con pérdida de reflejos y de capacidad visual, y con el consiguiente riesgo para el resto de los usuarios de la vía».
La Fiscalía subraya que, pese a todo, el acusado partió hacia Arganda del Rey por la autopista M-50, una vía que conocía a la perfección «dado que la utilizaba normalmente y con mucha frecuencia para ir a Fuenlabrada y a su domicilio» y que conducía a una velocidad muy por encima de la permitida (139 kilómetros por hora en el momento del impacto).
El escrito señala que, durante su trayecto en dirección contraria, realizó maniobras como «movimientos en zig-zag», poniendo en peligro la vida de los demás conductores. La Fiscalía apunta que el acusado recorrió casi dos kilómetros así a alta velocidad «rebasando a varios vehículos que tuvieron que realizar maniobras para evitar colisionar de manera frontal», hasta que impactó contra Víctor segando su vida. Todo ello tendrán que valorarlo durante las dos próximas semanas los miembros del jurado, algo inédito en este tipo de casos. «Nuestra abogada ha hecho todo lo posible, es la primera vez en España que se va a juzgar con jurado popular un delito de tráfico. La violencia vial existe y esto lo es, debería de estar tipificado de otra manera. No puede ser que por la muerte de una persona, él solo cumpla 15 años. Nuestra condena va a ser para toda la vida », lamenta la tía del fallecido.
La familia afronta el juicio con la esperanza de que Kevin Cui reciba la máxima condena posible, aunque para ellos, cuyas vidas se detuvieron ese trágico 15 de septiembre de 2019, nada será suficiente. « Justicia para nosotros nunca va a haber, porque nunca nos van a devolver a Víctor . Aunque cumpliese 30 años, nos seguiría pareciendo poco. Jamás voy a poder disfrutar de mi sobrino... Mi hija que tiene 6 años jamás recordará a su primo al que adoraba», concluye, apenada, la portavoz.
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