Juegos clandestinos en el hospital fantasma más grande de Europa
Las ruinas del complejo oncológico son el tablero de partidas de ‘airsoft’, vuelo de drones y una especie de tiro al plato
El Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón demolerá el gigantesco esqueleto tras dos décadas de abandono absoluto
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Iniciar sesiónUna fila de botellas rotas, colocadas en línea sobre un poyete de madera, se abre paso a la entrada de lo que hace 20 años iba a ser el hospital oncológico más grande de Europa. Los cartuchos esparcidos en la tierra unos metros más atrás ... revelan que los restos de cristales no están puestos ahí por casualidad. Superado el improvisado campo de tiro, una valla levantada por el Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón, municipio al que pertenecen los terrenos, rodea el vasto perímetro de esta singular mole de hormigón, vandalizada por los grafiteros y con serio riesgo de desprendimiento. Pese al rótulo de los carteles que acompañan al cercado, en los que se avisa del peligro de sufrir caídas a distinto nivel y otro tipo de accidentes, dos menores salen a toda prisa por un pequeño agujero nada más percatarse de la presencia de extraños. La incursión, en realidad, no sorprende a nadie.
Dentro, tres colchones descansan en el recibidor principal. También las partes de un coche desguazado y varias hélices rotas de drones. Estas últimas están por todas partes, prueba evidente del reguero de vuelos allí registrados. Las pintadas, a tenor de la extensa decoración de los muros y los espráis de pintura, son otra de las actividades estrella. El botellón tiene su cuota, si bien no es el enclave más propicio para tal fin. Realizar grabaciones, muchas de ellas a través de los propios drones, o fotografías de autor completan el abanico de acciones clandestinas en un escenario más propio de la guerra.
De hecho, al hilo del aspecto bélico de la superficie, se han llegado a disputar partidas de ‘airsoft’, un juego de estrategia basado en la simulación militar, similar al ‘paintball’. El riesgo en el fallido Centro de Investigación y Tratamiento Oncológico (CITO) –como así se iba a denominar– es real, tanto, que el pasado 30 de noviembre un joven de 23 años resultaba herido grave tras caer por el hueco donde se debía instalar un ascensor. El afectado se precipitó desde una altura de unos siete metros, por lo que tuvo que ser rescatado por los bomberos. Una ambulancia lo trasladó al hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, donde todavía continúa ingresado.
Desde el consistorio de Villaviciosa son conscientes de la amenaza, hasta el punto de que el actual equipo de gobierno tomó la determinación de demoler el esqueleto poco después de alcanzar la alcaldía. Así, tras una moción de censura en enero de este año, el PP desbancó a Ciudadanos gracias al apoyo de Vox, y con ello, se puso en marcha un complejo proceso de derribo aún lejos de su consecución. En abril, año y medio después de que una sentencia devolviera la propiedad de los terrenos al Ayuntamiento, el pleno municipal aprobó por unanimidad un crédito de un millón de euros.
Una partida que podría incrementarse de forma considerable una vez concluido el proyecto de la obra, actualmente en fase de licitación. Mientras tanto, señalan en el consistorio, la prioridad en materia de seguridad es absoluta. Por ello, se ha reforzado la vigilancia con patrullas de la Policía Local, amén de la citada cartelería y un refuerzo del vallado. «Los agentes de nuestro municipio acuden asiduamente y es un recinto en el que está totalmente prohibido pasar por su peligrosidad», aseguran.
El problema, no obstante, radica en la ubicación, alejada del pueblo y en una zona de difícil acceso a los coches, lo que complica la presencia policial. A ello se suma la extensa superficie del complejo, con múltiples escapatorias a campo abierto, una vez sorteada la valla exterior. El riesgo se incrementa a medida que las paredes y los techos ceden, dentro de un espacio donde la ausencia de muros de protección deja al descubierto un sinfín de pequeñas oquedades. El vacío llega a abarcar en algunos puntos un total de cinco plantas, desde la azotea hasta la segunda de las construidas bajo rasante.
La historia del hospital oncológico de Villaviciosa de Odón es la crónica de lo que pudo ser y no fue. En 1998, el ayuntamiento de la localidad recalificó alrededor de 100.000 metros cuadrados de terreno para permitir su construcción, además de un hotel y una escuela de enfermería. Las noticias entonces no podían ser más halagüeñas: el primer centro especializado de España, en el que se llevarían a cabo investigaciones a nivel nacional y europeo, y que podría equipararse a toda una referencia mundial como el MD Anderson Cáncer Center, en Houston.
Con una inversión inicial de 60 millones de euros y la participación de distintas empresas privadas, el complejo, dotado de las más avanzadas tecnologías, iba a ser el primero en Europa en prevención, tratamiento e investigación de esta enfermedad. Dispondría, además, de 200 camas y estaría rodeado de jardines y lagunas. Junto al hospital, el hotel y la escuela de enfermería, estaba prevista la puesta en marcha de un centro comercial con áreas de ocio y deportivo para hacer lo más ameno posible la estancia de pacientes y familiares.
En enero de 2002, con el 50% de los trabajos ya finalizados, Centro de Investigación y Tratamiento Oncológico S.A. –la sociedad mercantil creada ‘ex profeso’ para la realización de la obra– anunciaba la inauguración del centro oncológico para el último trimestre de ese mismo año. Pero las promesas quedaron en nada cuando la construcción quedó paralizada por la falta de dinero y los problemas que surgieron entre gran parte de los inversores. La viabilidad del proyecto quedó en entredicho cuando algunos de estos socios optaron por tomar la puerta de salida.
Veinte años después, las ruinas de aquel fracaso aguardan su turno para ser demolidas. No será fácil. Costará tiempo y dinero. Cerca de dos millones de euros , según los estudios del sector. Pero su fin, al menos en los despachos, ya está en marcha.
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