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«¡Jesús se ha movido!»

Móstoles, Parla, Alcorcón, Buitrago de Lozoya... cada vez más localidades sustituyen las típicas figuras de los nacimientos por personas de carne y hueso: son los Belenes vivientes

ABC Desde niños hasta ancianos, cualquier edad es buena para participar en un Belén viviente

TEXTO: MARIO DÍAZ

MÓSTOLES. Un buen día, al padre Primitivo se le ocurrió organizar un Belén en Móstoles en el que sus más fieles parroquianos dieran vida a las figuritas. Han pasado seis años y el padre Primitivo se encuentra en las misiones, pero el Nacimiento se ha celebrado desde entonces, convirtiéndose en toda una tradición en la que, en la edición de estas navidades, han tomado parte más de un centenar de «actores».

«Pretende vivir el espíritu auténtico de la Navidad, recordarnos que es un encuentro con el Señor antes que otra cosa, y volver también a nuestra infancia y fascinarnos con lo que se representa», resume Ignacio Torres, párroco de la iglesia que lo organiza, Nuestra Señora de la Asunción.

Al igual que en Móstoles, en otras localidades madrileñas como Parla, Alcorcón o Buitrago de Lozoya cada año se organizan belenes vivientes en los que toman parte desde niños a ancianos. El de Buitrago, declarado fiesta de interés turístico y tras casi una veintena de ediciones, es quizá el más popular, y cada año colapsa el pueblo.

Un «reparto» de lujo

Un total de 39 escenas navideñas representadas por más de 200 actores, distribuidos en los enclaves históricos de la villa. Santiago Sanz, de 67 años, es el más veterano, y esta Navidad ha interpretado a un leñador. «En Móstoles, hemos tenido a vecinos de hasta 80 años, y pequeños de pocos meses dando vida a Jesús», apunta Cándido Jiménez, coordinador del Belén viviente de la localidad, este año con 18 escenas.

En esta edición, en Móstoles, el bebé que iba a dar vida a Jesús enfermó, así que al final tuvo que darle vida un muñeco, por lo que ningún visitante pudo sorprenderse al ver moverse a un «Niño Jesús» real, tal como suele ocurrir.

«Normalmente siempre tenemos niños de esa edad, y lo aguantan bien porque sólo salen cuando toca su escena», se lamentaba Jiménez. Una lástima, sobre todo sabiendo que para participar en este Belén hay lista de espera.

Justi Prada, una vecina, no está dispuesta a que nadie le quite su puesto en el Belén. Lleva participando desde que se puso en marcha, y esta Navidad ha sido la «figurita» que saca el agua del pozo, aunque antes ha representado a soldados y hasta a la Virgen María. «No sale agua, ¿qué hacemos, don Miguel?», le preguntaba con premura a un párroco antes de una representación.

Y es que nadie se toma a broma estas actuaciones: sólo el año pasado las disfrutaron casi 20.000 personas en Móstoles, y miles más en todas las localidades donde se celebran. Decenas de personas trabajan para elaborar toda la ambientación, los vestidos y para conseguir a los animales -en algunas localidades, de carne y hueso- que den más realismo a estos Nacimientos.

Todo ha de salir bien, y la representación durante varias horas seguidas hacen que estos belenes, al contrario que los tradicionales, no duren más que unos días al inicio de las fiestas: si aún no lo has visto tendrá que esperar.

Figuras gigantes en San Lorenzo

Mientras, en todo caso, puede disfrutar de nacimientos tan espectaculares como el instalado en Azca, el más grande de Europa, o el de San Lorenzo de El Escorial, con 400 figuras gigantes.

Liliana, de 13 años, no fallará en el próximo Belén viviente de Móstoles. No se ha perdido ninguno de los celebrados, como sus abuelos y su madre. Cristina, de 10, tampoco se lo quiere perder: «Me hace mucha ilusión», dice con timidez vestida de pastorcilla.

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